Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

«Educación contable debería comprometerse con un proceso de transformación radical»


«Educación contable debería comprometerse con un proceso de transformación radical»
Actualizado: 17 febrero, 2021 (hace 3 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • Atención a los currículos y planes de estudio de las universidades
  • Educación contable en camino de una transformación radical
  • ¿Cómo incrustar el tema de la educación en la modernización de la Ley 43 de 1990?

Para Miguel Ángel Acero, las universidades deben ser muy estrictas con el manejo de las normas internacionales de educación.

La comunicación de los programas de contaduría pública con las necesidades del medio, en el ámbito organizacional y comunitario, resulta débil por no decir nula.

Miguel Ángel Acero, contador público, especialista en ciencias fiscales y tributarias, magister en gerencia y auditoría tributaria, docente, CEO de la firma Aceroauditores y Asesores SAS, afirmó en #CharlasConActualícese que es urgente modernizar la forma de enseñar la contaduría pública en Colombia.

Explica que desde el punto de vista del CTCP, al hablar de educación se deben cubrir ítems como la educación profesional de auditores y contadores, el desarrollo profesional continuo, la educación para técnicos de contabilidad, formación en áreas especializadas.

Por su parte, las organizaciones profesionales deberían requerir que los candidatos cumplan con niveles de educación y calificación, como por ejemplo: exámenes de nivel profesional, reglas éticas, habilidades profesionales, matrículas e instalaciones para la formación, certificación de los miembros y desarrollo profesional continuo.

Atención a los currículos y planes de estudio de las universidades

En el diagnóstico que realiza Acero, desde su punto de vista existen universidades que presentan problemas en la estructuración y reflexión sobre lo pedagógico. «En algunas persiste una orientación pedagógica tradicional y conductista», dice.

Los planes de estudio están construidos de forma agregada y es visible la ausencia de núcleos integradores. Además, en algunos currículos persiste una dosis importante de inflexibilidad.

Por otra parte, la comunicación de los programas de contaduría pública con las necesidades del medio, en el ámbito organizacional y comunitario, resulta débil por no decir nula.

Educación contable en camino de una transformación radical

Para Acero, la educación contable debería comprometerse con un proceso de transformación radical.

«Esta transformación debe tomar como un punto de partida donde se resuelvan interrogante como: ¿para cuál sociedad educamos? ¿qué sociedad queremos? ¿qué hombres y mujeres contadores queremos? ¿cuál concepción de la educación nos permite desarrollar este deontología?», dice.

Se requiere con urgencia una educación contable que haga posible que el estudiante cuide de sí y de los otros a través de la construcción de una imagen ética, estética y política.

De igual forma, una educación que comprenda la contabilidad como el saber estratégico que es, y que le muestre a los estudiantes los impactos que tiene en la configuración de la subjetividad y en la legitimación de ciertas relaciones sociales.

«Si los asuntos anteriores con clarificados y socializados, los profesores se darán cuenta de la profunda reforma que implican. Estaremos preparados para iniciar transformaciones educativas que ya no resulten paliativos aislados, sino verdaderos giros en la escena de la formación de contadores públicos en el país», puntualiza Acero.

¿Cómo incrustar el tema de la educación en la modernización de la Ley 43 de 1990?

Acero afirma que no hay que desconocer nuestra praxis, las vivencias, la sociedad que tenemos, pero no podemos ser ajenos a la internacionalización.

«Las universidades deben ser muy estrictas con el tema de las normas internacionales de educación. Estos principios no hay que adaptarlos porque sí, pero es necesario escuchar a todos los actores que quieren modernizar la Ley 43 de 1990, y quieran dar aportes relacionados con la enseñanza de la carrera contable».

Todos los marcos teóricos y educativos internacionales están dados. La idea sería tomarlos y preguntarse la forma en que los debemos aplicar en las universidades.

«Se trata de implementar e insertar las normas internacionales en todo nuestro proceso de educación y formación del profesional, tal cual como se ha venido haciendo con las NIA y las Normas Internacionales de Información Financiera, por ejemplo», dice.

«Pienso que hemos hecho más complejo lo que ya está hecho. Hay que contar con la participación del Estado en este tema y los contadores públicos debemos ser veedores», agrega.

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