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20 millones de colombianos ocupados, ¿realidad o cifras amañadas?


20 millones de colombianos ocupados, ¿realidad o cifras amañadas?
Actualizado: 2 noviembre, 2011 (hace 12 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • Las críticas no se hicieron esperar
  • Lo que le espera a Pardo
  • Promesas

Esa es la más reciente cifra que maneja el Dane. Por parte del Gobierno hay felicidad, pero las Centrales Obreras no comen cuento. Por otra parte, el nuevo Ministerio de Trabajo parece que ya comenzará a actuar bajo el mandato de Rafael Pardo.

Según el Dane, de los 46 millones de colombianos que tiene el país, 20`401.000 estaban ocupados en septiembre. Esta es la primera vez que el país logra superar la barrera de los 20 millones de ocupados.

Como lo publica La República, para el director del Dane, Jorge Bustamante, este incremento en la tasa general de participación redujo el desempleo en 0,9% pasando de 10,6% a 9,7% durante septiembre.

El presidente Santos después de conocer estos resultados dijo que el objetivo de bajar el desempleo a un dígito se había fijado para el cuatrienio. «Esto quiere decir que nos anticipamos muchísimo en el cumplimiento de esa meta», y reveló que desde el 7 de agosto de 2010 hasta septiembre de 2011 se crearon 1`085.000 empleos».

Las críticas no se hicieron esperar

El presidente de la CUT, Tarcisio Mora, manifestó en Caracol su incredulidad frente a las cifras reveladas por el Dane que ubicaron la tasa de desempleo en un 9,7% durante el mes de septiembre.

«Los gobiernos están acostumbrados a tener una base de datos para poder justificar sus políticas. Yo no creo mucho en las cifras del Dane porque la fórmula que han elaborado contradice la realidad. Sólo es una muestra de un número de ciudades en el país. Se han cerrado innumerables empresas, cómo es posible que se están cerrando miles de empresas y se está mejorando el empleo», señaló.

Sin embargo, justificó un posible aumento en el número de empleos en la reciente época electoral. «Durante esta campaña hubo contratos provisionales, pero que hoy ya no están. Sin embargo no hay empleo digno, que nos garantice el desarrollo, ha aumentado el empleo a destajo. Y el índice de la informalidad supera el 60 por ciento», puntualizó.

A lo que sí dieron el visto bueno las Centrales Obreras fue al nombramiento de Rafael Pardo como nuevo ministro de Trabajo, a quien le desearon éxito y del cual esperan que cumpla un papel importante.

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Lo que le espera a Pardo

A Rafael Pardo le corresponderá la tarea de mantener la tasa de desempleo por debajo del 10%. Esa es el objetivo que le ha implantado Santos al nuevo ministro de Trabajo. «Una parte importante del trabajo del nuevo Ministro será poder continuar con esta tendencia de generar empleo. Ese es uno de los objetivos fundamentales del Gobierno. Ustedes lo ha escuchado muchas veces: más empleo, menos pobreza y más seguridad», ha dicho el primer mandatario de los colombianos.

De igual manera, la nueva cartera asumirá la tarea de definir las estrategias para enfrentar los riesgos en materia laboral, promoviendo la articulación de las acciones del Estado, la sociedad, la familia, el individuo y los demás responsables de la ejecución y resultados del derecho al trabajo.

Promesas

Rodolfo Arango, columnista de El Espectador ha dicho que no hay que olvidar que Santos prometió crear dos millones y medio de empleos formales y formalizar otros quinientos mil en sus cuatro años, lo que supone garantizar a tres millones de colombianos, desempleados o en la informalidad, trabajo digno y seguridad social. Haciendo cuentas, el Gobierno ha venido entonces creando por día 1.712 puestos de trabajo y regularizando 342 informales.

Para lograr lo anterior, como dice Arango, hay que soñar con el aumento en la inversión extranjera en el sector agrario y minero, eléctrico u hotelero, prometiendo beneficios a empresarios nacionales que luego hacen conejo al empleo. La esperanza del TLC con Estados Unidos o Europa tampoco ofrece certeza de condiciones favorables para la creación de fuentes de trabajo digno.

Como dice Gilberto Cárdenas, Economista de la Universidad del Valle, bajar el fenómeno del subempleo es más difícil que reducir el desempleo, ya que la objetividad y subjetividad del subempleo marca la política. “No es lo mismo seducir a un informal que está buscando superarse para que estudie, que luchar con una población informal en masa a la que no le interesa ni formalizarse ni superar su condición”, dijo.

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