Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

«Abusadores confiesan que el uso inapropiado de los activos no resiente económicamente a la empresa»


«Abusadores confiesan que el uso inapropiado de los activos no resiente económicamente a la empresa»
Actualizado: 5 octubre, 2017 (hace 7 años)

Marta Cadavid, especialista en gerencia financiera, máster en economía financiera y examinadora de fraudes, afirma que la clave para controlar a quienes cometen fraudes es definitivamente el control y la protección a través del reglamento interno de trabajo o código para empleados.

Marta Cadavid, experta examinadora de fraudes, especialista certificada en antilavado de dinero –CAMS– y antilavado de dinero y financiamiento al terrorismo –AMLCA–, explica que los fraudes son actividades y/o acciones cuyo objetivo son el enriquecimiento personal, a través del uso inapropiado o la sustracción de recursos y/o activos de una organización por parte de una persona. «Lo anterior quiere decir que el abuso es tenido en cuenta como fraude. Los casos de abuso dependen del tipo de empresa, las políticas implementadas y la cultura organizacional», afirma.

Desde su experiencia, los autores de fraudes utilizan gran variedad de excusas para aliviar la culpabilidad de sus estados mentales y justificar su actuar. «Para ellos, tomar dinero de la caja de la empresa, robar el inventario o distorsionar la información contable siempre tendrá un sentido altruista para mejorar su situación personal o de otras personas», dice.

Cadavid ilustra su anterior punto de vista con el siguiente ejemplo:

«En un caso de malversación, el perpetrador dirá que nunca tuvo la intención de tomar el dinero de manera fraudulenta, ya que era sólo un préstamo temporal y estaba dispuesto a pagarlo tan pronto como pudiera. Sin embargo, un abusador usa inapropiadamente los bienes e insumos de la empresa y considera incluso que no es un fraude».

“los abusos o mal uso de los activos de la compañía no se reflejan directamente como un faltante, como se puede detectar con un inventario, dinero, cheques o información”

Esta experta examinadora de fraudes dice que los abusos o mal uso de los activos de la compañía no se reflejan directamente como un faltante, como se puede detectar con un inventario, dinero, cheques o información. «El abuso se camufla dentro de los gastos de la organización ocasionando una distorsión grave del gasto real de la corporación y por ende afectando negativamente las utilidades», explica.

¿Y cómo es el comportamiento de quien abusa? Cadavid dice que se trata de una persona que desangra lentamente una compañía sin necesidad de ocultar o engañar a alguien.

TAMBIÉN LEE:   Conferencia: Riesgo empresarial y confianza: ¿por qué hay que estar atentos a esta relación?

«Las consecuencias del abuso se desvanecen entre el diario vivir de las operaciones empresariales; de ahí que muchos abusadores confiesan que el uso inapropiado de los activos e insumos de la empresa hace parte de su diario laboral y que la empresa no se resiente económicamente. Es por ello que los abusadores con su indiferencia consciente son en muchas ocasiones difíciles de identificar y el desastre su actuar casi imposible de cuantificar», argumenta.

De esta manera, Cadavid está convencida que la única forma de controlar a un abusador y su conducta imprudente es controlando los activos y gastos. La persecución laboral no funciona y menos cuando en ciertos casos el control personal se confunde con acoso laboral. «La clave para cualquier empresario es definitivamente el control y la protección a través del reglamento interno de trabajo o código para empleados», dice.

Quien comete fraude laboral podría afirmar que su intención se justifica en la devolución de lo tomado, actuando incluso con el conocimiento de la debilidad de los controles internos para obtener ganancias financieras causando daños a la organización. Mientras que un abusador no mide las consecuencias de su comportamiento y actúa con indiferencia consciente tomando de la empresa elementos que a primera vista son de poca importancia o no tienen control.

«La imprudencia de un abusador no tiene límites y en algunos casos las consecuencias de su comportamiento son inmedibles; su irresponsable percepción sobre el consumo conlleva al desvió financiero de la organización por caminos de pérdidas y desperdicios», concluye Cadavid.

* Con información de Auditool.

Material relacionado

Descubre más recursos registrándote o logueándote. Iniciar sesión Registro gratuito
,