Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
176 países fueron evaluados y de nuevo Colombia quedó mal calificado en el Índice de Percepción de Corrupción 2012 divulgado por Transparency International. Nuestro país ocupó el puesto 94 al obtener un puntaje de 36 sobre 100, en el que cero es el mayor índice de percepción de corrupción y 100 es el menor.
Por su parte, Transparencia por Colombia informó que entre los 32 países de América evaluados, Colombia está en el grupo con calificaciones deficientes. Canadá es el mejor con 82 puntos mientras que Venezuela es el peor con 19. En Suramérica, Chile y Uruguay ocupan el primer puesto con 72 puntos.
Según el análisis de Transparency, la baja calificación del país se debe a la “ausencia de sanciones efectivas y rápidas frente a casos de corrupción así como a la prevalencia de prácticas de abuso del poder en todas las ramas públicas y en diferentes estamentos del Estado”.
Huguette Labelle, presidenta de Transparency International, recomienda que los gobiernos «incorporen acciones contra la corrupción en todas las decisiones públicas» y «adopten una postura más firme contra el abuso de poder». En particular, deberían definir reglas más efectivas sobre los lobby y la financiación política, mayor transparencia en los procesos de contratación y gasto público, y mayor rendición de cuentas de organismos públicos a la población. Así lo publica Portafolio.
Queda entonces en el ambiente que ni las nuevas normas, como la Ley 1474 de 2011, o la conformación de una oficina presidencial dedicada a luchar contra el robo dineros públicos han tenido efecto en Colombia contra la corrupción.
En el continente americano, la lista es liderada por Canadá, que aparece en el puesto 9 con una nota de 84 puntos, seguido de Barbados, en el 15, y Estados Unidos en el 19. Entre los latinoamericanos, Chile y Uruguay son los menos corruptos y comparten el puesto 20 con una nota de 72 puntos de los 100, que refleja el máximo nivel de transparencia.
Marcela Restrepo, socióloga y directora del área del sector público de Transparencia por Colombia, explica en Semana que las personas siempre buscan satisfacer intereses, como tener dinero y una mejor calidad de vida. Y es en ese escenario donde las normas y las instituciones tienen un papel clave ya que son las encargadas de regular que ese comportamiento no traspase los límites. Aquí es donde se ha fallado.
“En Colombia las normas y las instituciones, incluidas las que regulan los comportamientos de los individuos (Contraloría, Fiscalía y Procuraduría) siguen siendo débiles. Es complejo: en un escenario egoísta, donde alguien quiere sacar ventaja, se roba los recursos públicos y fuera de eso no hay quien lo castigue, es un círculo perverso”.
La Fiscalía tiene 700 investigaciones con personas que trabajan en instituciones, sólo por temas relacionados por salud, 157 de ellas por delitos cometidos desde la administración pública.Además, la sociedad ya se está acostumbrando a vivir en medio de la corrupción. En varias encuestas realizadas a empresarios, ellos mismos han aceptado que los sobornos ayudan a agilizar los procesos con el estado, y no pagarlos podría costarles negocios. “Se acepta cuando busco y soborno al concejal o al funcionario para tener un subsidio o un favor. La aceptamos y la encubrimos”, agrega Restrepo.
Papel importante juega que existen bajas penas, vacíos en las leyes y la dispersión de la mismas, y las pocas y bajas condenas a los corruptos de cuello blanco, lo cual desestimula la denuncia.
Una encuesta que realizó la Universidad Externado a 530 empresarios, el año pasado, admitieron que, en promedio, el 13% del valor de un contrato se destina al soborno o las ‘mordidas’; un equivalente a 3,9 billones de pesos.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
