Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Annus horribilis


El annus horribilis[1]: así se catalogó al año 2018 para la práctica de auditoría. Según Accounting Age, del Reino Unido, en su artículo Top accounting scandals in 2018, la suma de escándalos financieros, fraudes contables y fraudes corporativos tendrá un efecto importante en la supervisión y desarrollo de la auditoría.

Entre los casos presentados en este documento se encuentran: a) Pastelería Valerie como caso de fraude financiero por parte de la entidad. Afectación auditoría: no detección del fraude; b) Ted Baker, por mala conducta en los estados financieros de la entidad. Afectación auditoría: proporcionar servicios como testigos expertos a Ted Baker en una demanda; c) BHS, por liquidación de la entidad debido a decisiones inadecuadas de la administración. Afectación auditoría: proporcionar informes limpios sobre la información financiera que implicaba riesgos; d) el escándalo de Gupta, a causa de corrupción. Afectación auditoría: conducta inapropiada y evasión fiscal por parte del auditor, relaciones entre auditoría y entidad demasiado cercanas; y e) GE (US), con ocasión de prácticas de «contabilidad agresiva». Afectación auditoría: relaciones entre auditoría y entidad demasiado cercanas.

Lo anterior muestra conductas inapropiadas por parte de la auditoría, así como una brecha de expectativas entre lo que los usuarios esperan de una auditoría y lo que realmente implica. Finalmente, muestra la problemática del monopolio de las firmas de auditoría.

Esto siempre ha sucedido; cada vez que surgen noticias de fraudes o colapsos empresariales la mirada vuelve hacia los auditores y se “fortalecen” las normas sobre ellos. Sin embargo, parece ser que tales respuestas no han sido las más efectivas.

En esta ocasión, debido a la percepción negativa no solo de los auditores sino de los supervisores de los auditores, se ha propuesto eliminar al Financial Reporting Council –FRC– del Reino Unido (que depende parcialmente de un gravamen voluntario de las firmas de auditoría) y reemplazarlo por una entidad Audit, Reporting and Governance Authority –Arga– totalmente independiente de las firmas. De otro lado, una problemática que se está observando es el hecho de que las empresas son las que escogen a los auditores, generando relaciones cercanas entre ellos, lo cual está afectando la independencia. A su vez, se propone el trabajo colaborativo entre firmas grandes y otras de menor tamaño, mitigando un poco el monopolio de las firmas. Si estas situaciones se están presentando en industrias de tan alto perfil, donde generalmente son muy vigiladas tanto las actuaciones de las empresas como la de las firmas, ¿no deberíamos estar revisando estos asuntos en Colombia?

Jenny Marlene Sosa Cardozo
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 4233, 25 de marzo de 2019
[1] Annus horribilis es una expresión latina, traducible como «año terrible».

 

Jenny Marlene Sosa Cardozo
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
Descubre más recursos registrándote o logueándote. Iniciar sesión Registro gratuito