Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Aprovechando que hoy es jueves de negocios trataremos un tema que a todos nos conviene. Cada vez que recibimos nuestra quincena muy seguramente parte de ella ya está destinada para pagar deudas, o para el mercado, o para pagar los servicios, o para estudio, o para el mercado, o para… la lista sencillamente se puede alargar.
El mejor consejo que se podría dar a esta altura es estar sencillamente a paz y salvo y siendo juiciosos con el dinero que tenemos en nuestras manos lo podemos lograr. Hacer un presupuesto familiar real y tener claro lo que se va a comprar es otro paso importante.
Lina María López Restrepo, administradora de empresas y especialista en mercadeo piensa que «hay que hacer un presupuesto tanto para finanzas personales como empresariales. El secreto está en hacer un buen presupuesto tanto de ingresos como de egresos, para programarse de acuerdo a los ingresos recibidos y poder gastar. Igualmente se puede hacer un presupuesto de endeudamiento (tarjetas, creditos), pero hay que tener en cuenta que por eso se incrementa el egreso mensual».
Nelson Ramírez de la Universidad Sergio Arboleda, aconseja hacer un seguimiento personalizado a cada peso. Así lo expresa en Portafolio.
«Mucha gente tiene temor de hacer un presupuesto y no sabe lo que realmente se quiere. Por ello, es primordial seguir tres pasos para hacer un presupuesto acorde con lo que se quiere sin llegar a la tacañería».
El pensar a largo plazo ayuda a definir la forma de cómo se debe vivir para lograrlo. Definir el estilo de vida actual y del futuro, los bienes que se quisieran tener (apartamento, casa o carro), proyectar cuánto podría destinar a pagar compromisos de deuda si los va a adquirir apoyado en el crédito, decidir en que se va a invertir el dinero generado por el ahorro para que produzca rentabilidad y continúe consolidando su patrimonio.
Son planteamientos claves que debe hacerse, bien sea solo, con la pareja o la familia. Todo en la vida requiere de un proceso de planeación en el corto, mediano y largo plazo y de definir muy claramente nuestras metas, para ir conquistándolas paso a paso.
Primero. Organizar los ingresos. Calcular los descuentos que por Ley se hacen, en especial a la hora de recibir los pagos ya sea por prestar un servicio o recibir un sueldo de nómina. Aquí lo más importante es saber el neto que se está ganando.
Segundo. Analizar los gastos. Es bueno hacer una lista en orden de importancia, como el pago de arrendamiento y servicios, se puede tener en cuenta los gastos del vehículo y en la parte de la salud. Cabe destacar que el ahorro es una disciplina para pensar en el futuro y con el tiempo se pueden ver los beneficios.
Tercero. Crear un estado financiero personalizado. Hay que saber con cuanto se tiene de patrimonio líquido.
Raul Cardona, docente del Departamento de Finanzas de la Universidad Eafit, es necesario tomar decisiones para hacer cambios en aquellas conductas y hábitos que se pueden presentar como obstáculos.
«Es importante realizar una lista detallada de las debilidades que se tienen en la planeación financiera y de las equivocaciones en que se haya incurrido en decisiones de inversión y de financiación, con el fin de establecer el compromiso de mejoramiento.
El estar enterado de lo que sucede en la economía y en los mercados financieros, tener conceptos básicos de finanzas, conocer los impactos de las normas tributarias en materia de impuestos a cumplir, o contar con la asesoría de un consultor financiero pueden ayudar a sacarle mayor partido a la planeación financiera».
Y como la tecnología está a la mano de todos hay un par de softwares que pueden ayudar a controlar las finanzas personales, teniendo en cuenta los créditos, débitos y demás aspectos que se pueden controlar. La idea es que con estos programas se tenga una virtualización profunda de los procesos contables y la ventaja es que cualquier persona los puede descargar, instalar y colocarse manos a la obra.
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