Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Así como es usual ir al médico, nuestra cultura debería enseñar a ir a donde el contador


Sarah Li Cain escribió en Business Insider: “My mom was an accountant, and I still use the 4 best money lessons she taught me today”. Los cuatro títulos de su artículo son: 1) Tracking numbers matters, 2) No number is too small, 3) Read the fine print, y 4) Work with skilled professionals.

Todos los seres humanos tenemos una actividad económica. El aprendizaje de los conceptos básicos de la contabilidad es muy útil. Por lo mismo, es un error que este contenido haya desaparecido de la formación secundaria dentro de la cual se encontraba, como se puede advertir en los planes de estudio del siglo XIX.

La contabilidad es una ciencia aplicada. Es fácil constatar su utilidad. Para poder aprovecharla es necesario tomar nota de los sucesos económicos. Desde esta perspectiva, se trata de una historia, económica y no meramente financiera; no todo admite que se le exprese en moneda.

Los hechos económicos se clasifican y se miden. La clasificación utiliza taxonomías que están diseñadas para albergar todos los sucesos que ocurran. Podemos llevar una contabilidad de muy pocas cuentas, o un sistema exhaustivo como el que exige una cuenta para cada tercero con el que se realizan transacciones. Todo lo que se anota debe basarse en un respaldo o soporte. Los contadores son seres muy ordenados pues, así como colocan las cosas en el sitio que les corresponde, también guardan muy bien los soportes, de manera que se puedan volver a consultar fácilmente. Lo que antes se hacía en archivadores y cajas de archivo, hoy se hace electrónicamente. También en materia de archivo hay que construir una tabla que rija el sitio de cada cosa.

Durante mucho tiempo el precio fue la medida de las transacciones. Es decir, la cantidad de dinero que se entregaba o se pactaba entregar por un bien o servicio nos servía de medida de lo sucedido. Resulta que cuando se compra o se vende se puede ganar o perder. La contabilidad moderna procura descomponer el precio y establecer las causas del pago y sus distintos componentes. De esta manera, combate la fijación arbitraria, engañosa, de valores para las operaciones.

Se necesitan buenos contadores para crear la taxonomía adecuada; se necesitan buenos tecnólogos o técnicos para hacer bien los registros. En nuestro país la teneduría es de libre ejercicio.

De muy poco sirve preparar cuadros tales como los llamados estados o declaraciones, si no somos capaces de entenderlos, de analizarlos y de tomar decisiones a partir de ellos. Este es el campo de mayor importancia para los contadores, porque en este pueden desarrollar todas sus competencias a favor de sus clientes. Miles de contadores son consejeros de negocios para muchísimas personas naturales que suelen poner toda su confianza en ellos. Es un trabajo que se recompensa también con cariño y respeto, cuando las cosas se hacen bien. Así como es usual ir al médico, nuestra cultura debería enseñar a ir a donde el contador.

Hernando Bermúdez Gómez
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 4580, septiembre 9 de 2019

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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