En los arrendamientos financieros la mayor parte de los riesgos y ventajas asociados a la propiedad del activo son responsabilidad del arrendatario. Así mismo, existen condiciones de las que se puede concluir que el arrendatario mantiene la mayor parte de los riesgos y ventajas asociadas al activo.
Cuando una entidad firma contratos de arrendamiento optimiza su carga financiera, administrativa y hasta fiscal, mediante el acuerdo con el arrendatario sobre varios puntos como la administración del bien y el pago de impuestos relacionados con la propiedad, entre otros ítems analizados.
La clasificación de los contratos de arrendamiento no depende de la denominación legal del mismo, sino de la medida en la cual los riesgos y ventajas relacionados con la propiedad del bien arrendado afectan al arrendador o al arrendatario en términos económicos. En algunos casos, aunque el contrato sea “arrendamiento operativo” o simplemente “arrendamiento”, deviene en un contrato de arrendamiento financiero, ya que se llega a la conclusión de que el arrendatario está asumiendo la mayor parte de los riesgos y ventajas asociadas al bien arrendado.
Cuando se discute sobre riesgos y ventajas es común que se limite el análisis al riesgo de pérdida. En consecuencia, muchas personas concluyen que una entidad no debería reconocer un activo si no está bajo su cuidado, lo que es falso por cuanto los riesgos y ventajas asociados a la propiedad de dicho activo van más allá de los riesgos de pérdida por daño o robo:
El riesgo de pérdida es uno de los asuntos que menos influye en la determinación de la entidad que soporta la mayor parte de los riesgos y ventajas. Es más importante determinar quién pierde o gana por la variación en el precio o la productividad del bien, o quién dispone del bien para su uso, usufructo, venta o alquiler, entre otras acciones.
En los arrendamientos financieros la mayor parte de los riesgos y ventajas asociados a la propiedad del activo recaen en cabeza del arrendatario. A propósito de lo anterior, cabe señalar cuáles son las condiciones con las que se puede concluir que el arrendatario mantiene la mayor parte de los riesgos y ventajas asociadas al activo, las cuales se enuncian a continuación:
Los contratos que no se clasifiquen como financieros después del análisis de las anteriores variables se clasificarán como operativos.