Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El alto riesgo de crédito detectado por la banca ha causado que acceder a la financiación hoy no sea una tarea sencilla para las empresas.
Como consejo, se puede recurrir a medidas creativas: mecanismos fiduciarios, fondos de inversión, créditos reembolsables a largo plazo o devoluciones de impuestos.
La más reciente encuesta de Pulso Empresarial, elaborada por el Dane, indica que el 25,7 % de las empresas colombianas cree que se retrasará en el pago de sus pasivos pendientes durante noviembre, lo que indica que la búsqueda de capital es un tema que preocupa y pone a pensar a muchos empresarios.
Es así como el capital se convierte en la “gasolina” para que una gran cantidad de empresas impulsen la reactivación de sus negocios, luego de ver por varios meses cómo sus ingresos se han ido a la baja.
Pablo Trujillo, presidente de la junta directiva de Acción Fiduciaria, afirma que la pandemia ha afectado directamente el consumo:
«Muchas personas están sin empleo; mientras que muchas otras afrontan sus días con ingresos bajos. Las empresas, por su parte, se ven golpeadas por la falta de demanda. Todo ello, crea un círculo vicioso muy complicado de romper”.
La caída tanto del consumo como de la demanda ha dejado a las empresas sin músculo financiero para avanzar hacia una óptima reactivación. A lo anterior se le suman las dificultades para acceder a la financiación por parte de las entidades bancarias, lo que hace que el panorama no sea nada positivo.
Las empresas no deben escatimar cualquier contacto de confianza que les permita hacerse con ese capital que les dé un impulso para su reactivación; todo dentro de un marco legal.
“Ya que el acceso al crédito hoy no es tan fácil, los gerentes de empresas pueden acudir a quienes son los que más confían en su proyecto, como familiares y amigos. Ellos son la fuente de capital más usual. Los proveedores, igualmente, son una fuente interesante porque se les puede pagar a través de trabajo futuro garantizado”, aconseja Trujillo.
Para llevar a cabo lo anterior se debe contar con garantías para todos los involucrados, por lo que lo mejor es acudir a expertos que diseñen una estructura de crédito que resguarde el dinero que entregaron dichos familiares, amigos o proveedores.
“Hay empresas que por su experiencia y cercanía con los mercados facilitan las figuras para que parientes y amigos de ese empresario que busca capital se aseguren de que su plata quedó bajo un esquema donde esos recursos están resguardados de cualquier riesgo; o tengan una garantía con base en la recuperación de una cartera, o soportada en futuros ingresos, o a través de un contrato, entre otras alternativas”, explica.
Los fondos de inversión son otra forma de captar capital en este momento, de tal manera que estos fondos se asocien o trabajen en conjunto con los microempresarios.
“Existen medidas más creativas como usar los mecanismos fiduciarios, fondos de inversión, créditos reembolsables a muy largo plazo o devoluciones de impuestos. Todas estas figuras tienen todo el potencial para reactivar el negocio de un microempresario”, afirma Trujillo.
Para él, la liquidación de la sociedad debe ser la última opción.
“Las personas que lideran una empresa tienen una gran ventaja: conocen el negocio, saben manejar al personal que lo hace funcionar, conocen y saben cómo llegar a sus potenciales compradores y seguramente tienen en su agenda proveedores listos para cualquier pedido», aclara.
La conclusión de Trujillo es que dicho conocimiento no debe perderse, ya que una sociedad que se acaba es conocimiento que se destruye.
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