Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

«Como ninguna otra profesión, los contadores estamos calificados para detectar actos corruptos»


«Como ninguna otra profesión, los contadores estamos calificados para detectar actos corruptos»
Actualizado: 8 marzo, 2017 (hace 7 años)

La defensora del contribuyente, Gloria Nancy Jara, afirma que no solo los contadores públicos previenen la ocurrencia de actos ilícitos, sino que también ayudan a mitigar las prácticas corruptas que están haciendo tanto daño a nuestra sociedad.

Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, destacamos el papel y el aporte de ellas dentro de la profesión contable. Gloria Nancy Jara, defensora del contribuyente, es una de esas mujeres, y dialogamos con ella para conocer diversos puntos de vista alrededor del papel de los contadores públicos, la corrupción y las normas internacionales, entre otros temas.

Desde su punto de vista, el papel de los contadores públicos en un mundo globalizado, sin lugar a dudas, es fundamental. «Nuestro principal actuar debe estar orientado a garantizar y asegurar la transparencia y confianza en uno de los recursos más valiosos para mejorar la eficiencia de nuestra economía, la información», dice Jara.

Jara asegura que la responsabilidad que se nos ha concedido a los contadores públicos como fedatarios, «implica comportamientos éticos y morales para actuar con probidad en la responsabilidad que tenemos de certificar, dictaminar, auditar y/o asegurar la realidad económica de las operaciones y las prácticas de gobierno corporativo».

Al hablar sobre la corrupción, tema en el que el Gobierno se está esforzando para hacerle frente, Jara piensa que la actual coyuntura, no solo de Colombia sino del mundo, caracterizada por la proliferación de escándalos, «nos demanda como contadores acciones individuales que se reflejen en lo colectivo. La principal: honrar en cada actuación las responsabilidades que impone el ejercicio de la profesión contable».

«Como ninguna otra profesión, los contadores estamos calificados para detectar acciones frente a la corrupción y no solo tenemos los instrumentos necesarios para hacerlo, sino que también sabemos cuáles son los comportamientos que, basados en la ética y la moral, debemos salvaguardar para cambiar esas realidades», expresa tajantemente.

Para ella, al garantizar siempre que la información es transparente no solo los contadores públicos previenen la ocurrencia de actos ilícitos, sino que también ayudan a mitigar las prácticas que están haciendo tanto daño a nuestra sociedad.

«Como nunca antes, estamos experimentando en la sociedad un creciente hastío frente a la corrupción. Los ciudadanos están demandando acciones más contundentes para prevenirla y combatirla. Debemos ser solidarios para romper con la cultura del atajo y la ilegalidad, ser estrictos en el cumplimiento de las obligaciones que hoy nos demanda el ejercicio de la función profesional y estimular en la sociedad el cuidado de lo público», expresa.

Al hablar sobre el perfil que debe caracterizar a un contador público para que sea competitivo, para ella, como primer punto, el profesional debe ser consecuente con los comportamientos éticos y morales que exige la profesión como vocación ineludible. «Segundo, formación y actualización permanente para mejorar nuestras competencias técnicas y especializarse en la labor a desempeñar, bien sea como contador, auditor o revisor fiscal. Tercero, actitud propositiva y liderazgo para ser parte activa en los debates que requiere el país y de esa manera gestar los cambios normativos que necesita la profesión», afirma.

El siguiente ítem al cual se refirió en nuestro diálogo fue el de los Estándares Internacionales, tema que también ha generado comentarios positivos y críticas dentro de los profesionales contables. Desde su punto de vista, «los Estándares Internacionales son una realidad y la normatividad los ha hecho exigibles hasta el punto que en la reforma tributaria se legisló sobre las políticas que deben adoptarse y sus incidencias en los temas tributarios».

Por lo anterior, independientemente de las diversas posiciones que han surgido frente a su adopción, la mejor decisión sigue siendo capacitarse y prepararse para asumir esta nueva regulación.

Finalmente, Jara destaca varios puntos positivos de la profesión, estos son: tener acceso a la información y un conocimiento profundo y privilegiado del negocio, lo que permite incidir en la toma de decisiones gerenciales y proyectar el crecimiento de un negocio; esto hace a la contaduría pública una profesión integral.

«Sin embargo, hay puntos malos como la insuficiente supervisión y control a la calidad académica de las facultades que titulan contadores sin verificar sus competencias e idoneidad profesional», manifiesta.

Igualmente, considera que esta es una profesión a la que se le suman cada vez más obligaciones, lo que no solo demanda una alta dedicación de tiempo, que en ocasiones no se ve reflejado en la remuneración, sino que también puede implicar el deterioro de la salud personal y de las relaciones familiares.

Por otro lado, al estar ligado a la responsabilidad social, «la práctica de la contaduría genera grandes riesgos para los contadores, sin que existan en el país las garantías necesarias para su ejercicio».

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