El sistema tributario para las empresas en Colombia es complejo. Según una investigación del Banco de la República, la alta carga tributaria se atribuye al efecto combinado de los impuestos nacionales y locales, así como de la carga asociada a las contribuciones parafiscales y seguridad social.
En su espacio Borradores de Economía, el Banco de la República realiza una investigación sobre la Elasticidad del ingreso corporativo gravable en Colombia, de los autores Ligia Alba Melo Becerra, Héctor Zárate Solano y Andrés Camilo Gómez Molina. En esta se toca un capítulo sobre los aspectos generales del sistema tributario corporativo colombiano.
En los últimos años Colombia ha sido escenario de la aprobación de varias reformas tributarias, cuyo principal objetivo ha sido el recaudo de impuestos para brindar respuesta a las necesidades de ingresos fiscales y así disminuir la presión sobre el déficit fiscal. Estas reformas, desde el punto de vista de los investigadores «afectan la carga impositiva de las empresas, no solo por las modificaciones a la tarifa del impuesto de renta y la creación de nuevos tributos, sino también por la implementación de diferentes beneficios y exenciones tributarias».
La carga tributaria que recae sobre las empresas también depende de variables macroeconómicas y de ítems como el nivel de endeudamiento, el portafolio de activos y el sector económico. En el contexto colombiano, la frecuencia de reformas tributarias se ha mantenido en aproximadamente una reforma cada tres años, hecho que posibilita explotar la variación temporal en las reglas tributarias como una fuente de identificación de la elasticidad del ingreso gravable –EIG–.
Según el informe del Banco de la República, expertos opinan que el sistema impositivo corporativo colombiano es complejo y tiene tasas estatutarias altas en el contexto internacional. La alta carga tributaria se atribuye al efecto combinado de los impuestos nacionales, como el impuesto de renta, el de patrimonio y riqueza; de los impuestos locales como el de industria y comercio y el predial; así como de la carga asociada a las contribuciones parafiscales y a la seguridad social.
Pese a lo anterior, el sistema tributario colombiano también cuenta con beneficios, exenciones y regímenes especiales. Se destacan, por ejemplo:
La carga tributaria sobre las empresas ha sufrido ajustes en las últimas reformas tributarias; la tarifa y base tributaria del impuesto de renta de las personas jurídicas han sido modificadas en varias ocasiones. Además, diferentes reformas tributarias han agregado y eliminado beneficios y exenciones sobre el impuesto de renta.
Por otra parte, el impuesto al patrimonio, introducido transitoriamente en la reforma de 2003 para financiar programas contra la violencia se ha mantenido a través de las diferentes reformas, pero con cambios en la base y en la tasa.
«Es importante señalar que las empresas enfrentan impuestos que afectan sus ingresos y ventas, como el que recae sobre las transiciones financieras, que se introdujo temporalmente para responder a la crisis financiera de 1999, con una tarifa de 0,2 %, que luego se incrementó a 0,4 %, y se ha mantenido a través de las diferentes reformas tributarias», afirma el informe.