Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El escándalo de Estraval demostró las graves fallas en el sistema de la contabilidad oficial llevada de forma electrónica, ya que se convierte en un mecanismo para hacer fraude. Se pueden llevar en paralelo múltiples contabilidades electrónicas oficiales para engañar a clientes y autoridades.
Desde enero del 2012, y luego de los cambios que el Decreto-Ley 019 le efectuara al Código de Comercio, en Colombia está permitido que los comerciantes lleven sus registros contables solo en archivos electrónicos, sin necesidad de asentarlos en ningún tipo de hojas en papel, pues las Cámaras de Comercio ya no seguirán registrándolas.
Debido a lo anterior, los interesados en examinar los registros electrónicos contables de las empresas dependen de la ética que tengan el representante legal, el contador y los auxiliares para ratificar que la contabilidad electrónica enseñada es la oficial; es decir, que la entidad no lleva otras “contabilidades electrónicas oficiales” para presentar según la conveniencia.
Tal parece que el permiso de llevar la contabilidad oficial solamente en forma electrónica facilita la comisión de fraudes como el descubierto al interior de la empresa Estraval, cuya liquidación oficial ya fue ordenada por la Supersociedades.
Como se sabe, los administradores de Estraval engañaron a los auditores del Deutsche Bank mostrándoles una contabilidad electrónica falsa que hicieron pasar como su oficial.
Con el Deutsche Bank se pactó la venta por $77.800 millones de unos pagarés-libranza, que ya se habían transferido a otros inversionistas, pero de los que conservaban algunas copias. Por lo tanto, para engañar a los auditores del banco se les mostró una “contabilidad electrónica oficial” falsa donde los pagarés aún figuraban sin vender.
Fue así como los auditores del Deutsche Bank creyeron en la falsa “contabilidad electrónica oficial” y el banco aceptó invertir en los pagarés con los que ahora hace parte de las víctimas estafadas por parte de Estraval.
Queda claro que el permiso de llevar la contabilidad oficial solamente en forma electrónica sí constituye un mecanismo con el que los interesados en hacer fraudes podrán engañar a quien deseen, pues resulta sencillo llevar en paralelo múltiples “contabilidades electrónicas oficiales” para presentar a los usuarios según la conveniencia.
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