Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Iniciando este 2008 y desde hace varios años atrás hemos visto como se ha incrementado paulatinamente la presencia de las mujeres en eventos nacionales e internacionales, en discusiones, dirección de agremiaciones, en la ocupación de posiciones como Contadoras, Revisores Fiscales, Contralorías, Jefaturas de Personal y de Finanzas, Dirección de diversos departamentos en empresas el Sector Privado y en el Público.
Lo anterior constituye no solo un hecho agradable sino una satisfacción para los Contadores Públicos del género masculino. De esta observación nació la inquietud de saber a partir de qué momento histórico se inició este crecimiento numérico de Contadores Públicos (mujeres).
Para lograrlo consultamos al Dr. Alberto Gómez Baquero de la Junta Central de Contadores, quien nos envió la información anual que hemos procesado y de la cual sacamos las conclusiones que presentamos en esta nota.
Y para comenzar, hicimos un estudio estadístico para establecer el año a partir del cual las matrículas de Contadores Públicos (sexo femenino) empezaron a superar en matrículas de Contadores Públicos (sexo masculino).
*La información utilizada es al corte del 31 de diciembre de cada año y provista por la Junta Central de Contadores.
Para analizar la cuestión con seriedad, decidimos dar una mirada al pasado (más de 10 años). Sin embargo, descubrimos que la información no era muy representativa.
Efectivamente, el inicio del crecimiento de mujeres matriculadas se dio en el año 1.993 cuando las matrículas de las mujeres subieron del 1.70% al 9.18% del total de Contadores matriculados. En el 94 el porcentaje subió al 22.73% y en 1.995 al 38.09%.
Pero este crecimiento porcentual, aunque impresionante, analizado en números absolutos no es representativo: el número real de Contadores Públicos (mujeres) que matriculados en dichos años fue de 117.
Entonces viene la pregunta… ¿a partir de qué año se pone interesante estudiar el incremento?
Y nos quedó claro que cualquier análisis estadístico que se haga sobre el tema tiene importancia a partir de las cifras del año 2000, cuando habían matriculadas 1.819 mujeres y 80.948 hombres.
El número de mujeres matriculadas entre el 2001 y el 2007 fue de 32.957, mientras que el de hombres fue solo de 21.661.
Y ahí, en términos porcentuales, la contundencia de esta tendencia es innegable: 60.34% de matrículas femeninas frente a un 39.66% masculino.
¡Una diferencia porcentual de 20.68%!
(Y eso que no analizamos los efectos del crecimiento de estudiantes en las 191 diferentes carreras o programas de Contaduría Pública en Universidades y ciudades del país).
Si miramos más de cerca las cifras, podemos concluir que el crecimiento porcentual de matrículas femeninas ha sido de un 94.77%, frente a un escuálido 21.11% de los hombres.
Por ello, es urgente que los organismos regentes de nuestra profesión evalúen la motivación femenina frente a la Contaduría Pública a partir del año 95.
(¿Por qué el 95?.. simple: para matricularse como Contador Público, un profesional debe graduarse y pasar un mínimo de 5 años de estudio. Si estamos viendo que el aumento es contundente a partir del 2001, concluímos que el ingreso a la universidad de dichas profesionales fué a partir del 95.)
Las preguntas son:
¿Cómo ha impactado este dramático cambio en la ética profesional y disminución de la evasión?
¿Han sido impactados los procedimientos y costumbres en los departamentos contables de las empresas o áreas que ellas dirigen?
¿Cómo ha sido la influencia de este cambio en cuanto a eficiencia y otros factores humanos cuya diferenciación socialmente siempre ha sido comentada?
Y más allá del asunto profesional… ¿qué cambios de tipo social se han venido dando en las carreras o programas de Contaduría por el aumento de estudiantes mujeres?
Obviamente, no es fácil dar respuesta a estos interrogantes. Pero no sería descabellado que las universidades se interesen en este tema y nos den un poco más de luces respecto a este asunto (¿que tal un estudio de sicología organizacional que arroje cifras reveladoras en indicadores de transparencia o eficiencia?).
Siendo sinceros, a ningún colega masculino le desagrada la idea de trabajar con mujeres competentes. De hecho, en encuestas voz a voz podemos percibir una gran receptividad al tema, teniendo en cuenta que la introducción de las mujeres en el ámbito laboral en otras profesiones no ha sido tan fácil ni tan bien recibido.
Lo que nos debemos preguntar es… si tenemos una profesión cuya tendencia es a ser «tomada por las mujeres», ¿debemos re-pensar el modelo educativo desde la academia? ¿debemos replantear los elementos procedimentales para que se aproveche más la capacidad de un género pujante y lleno de energía?
Y ya que estamos en esto… ¿por qué no se nota esta tendencia en la representación femenina en los órganos rectores de la profesión?
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
