Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

¿Cuál debe ser el compromiso de las instituciones educativas al formar contadores públicos?


¿Cuál debe ser el compromiso de las instituciones educativas al formar contadores públicos?
Actualizado: 4 abril, 2018 (hace 6 años)

Las instituciones educativas no se pueden quedar rezagadas en el terreno de los Estándares Internacionales y no deben fomentar la aplicación de normas desactualizadas. Esa es la gran conclusión que cuatro contadores públicos tienen sobre la forma en que las universidades deben guiar a los estudiantes.

Héctor Jaime Correa, presidente de la Federación de Contadores Públicos de Colombia, opina que las instituciones educativas juegan un papel vital como guía para los futuros contadores públicos, y en el camino ascendente que va del estudio al éxito a nivel profesional.

«Las pocas universidades del país que se prepararon y creyeron en los Estándares Internacionales son hoy exitosas al lado de sus egresados. Además, porque, adicionalmente, implementaron procesos y desarrollaron especializaciones en el terreno de la estandarización, tema que también ha arrojado resultados bastante positivos. Aquellas instituciones educativas que no lo hicieron y aún no lo hacen, se han rezagado y han visto una deserción masiva de sus estudiantes hacia otras instituciones que sí lo están haciendo. Este es un gran reto para las universidades», dice el dirigente gremial.

“las instituciones educativas deben adaptarse a la evolución de los cambios normativos legales y tecnológicos”

Por su parte, Carlos Cortés, auditor forense, CEO de Global Forensic Auditing y fundador de la Asociación Internacional de Auditores Forenses, piensa que las instituciones educativas deben adaptarse a la evolución de los cambios normativos legales y tecnológicos, como también incentivar la participación activa en los problemas éticos y de responsabilidad social.

«Deben evolucionar en temas de capacitación. Muchas instituciones se quedaron enseñando la contabilidad bajo marcos anteriores. Antes, se formaba el contador para ser digitador, ahora el contador se debe formar para ser analítico y de responsabilidad», afirma Cortés.

Para Wilmar Franco Franco, presidente del Consejo Técnico de la Contaduría Pública, la formación de un contador público ocurre durante toda su vida y solo la experiencia y práctica profesional lo ayudarán a alcanzar niveles avanzados de conocimiento. Por lo tanto, la formación debe estructurarse en las etapas de desarrollo profesional inicial y desarrollo profesional continuo, por todas las instituciones educativas que participan en este proceso.

«Uno de los grandes retos de las instituciones educativas es la de poder diferenciar e integrar los procesos de formación técnica y formación profesional, así como la formación posterior al grado mediante diplomados, especializaciones, maestrías y doctorados. Sin importar el enfoque de formación adoptado, el compromiso debe ser con la formación de profesionales con conciencia social y altas capacidades técnicas pero que también esté caracterizado por la aplicación de altos estándares de calidad y de ética», indica Franco Franco.

Finalmente, Mauricio Gómez Villegas, profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia y ex subcontador general de la Nación, piensa que las universidades se sienten, una y otra vez, tentadas a convertir sus currículos en procesos de adiestramiento y repetición de normas, bajo la idea de su incesante cambio. Por lo anterior, la educación debe entregar el lugar debido a la teoría, a la tecnología y a las técnicas en contabilidad.

«Lo anterior implica enseñar contabilidad antes que simplemente normas, connotando técnica, tecnología y teoría. Algunos creen que son técnicos porque enseñan procedimientos. Si el procedimiento está normado, no significa que sea técnico. La dimensión técnica de la contabilidad se refiere a los dispositivos de cálculo que ayudan a la operacionalización, al registro, al control de los procesos socioeconómicos. Muchas técnicas no están normadas o estandarizadas», explica Gómez Villegas.

Gómez Villegas dice que toda la contabilidad es conceptual, pues ella no preexiste en la naturaleza sino que es una invención, una creación del intelecto humano que opera solo a partir de conceptos (claro a veces en medios materiales como los libros o el software, pero siempre son conceptos). La teoría en contabilidad nos ayuda a entender cuándo es mejor valorar un bien al costo o al precio de mercado; cuándo es conveniente que un desembolso sea un activo o un gasto; nos explica qué diferencia un criterio del otro y quién se beneficia (y en qué condiciones de cada criterio, es decir, los pros y los contras).

«En síntesis, el mayor reto de la educación contable es comprometerse con el pensamiento y concepto, para promover una mejor acción», concluye.

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