Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Cuando uno se aleja un poco observa que hay estratos, clases o rangos dentro de la profesión contable


Es curioso cómo sobre una misma cosa pueden existir diversas visiones. Sabemos que cada uno mira y admira desde donde se encuentra y solamente hasta donde le alcanza el brazo.

Cuando uno se aleja un poco observa que hay estratos, clases o rangos dentro de la profesión contable. En cada uno se respira orgullo, por ejemplo, con la frase “la contaduría es una profesión digna” se exteriorizan muchas censuras sobre varios colegas a quienes acusan de falta de nivel.

La contaduría colombiana tuvo un gran impulso al tiempo del empujón gubernamental a la educación para adultos. Muchos programas nacieron y varios se mantienen en jornada nocturna, que algunos descalifican porque no creen que alumnos que trabajan puedan aprender suficientemente.

Lo cierto es que los de más altos ingresos no tienen conocimiento del resto de la profesión, y a la inversa; los de menores ingresos tampoco conocen cómo es el ejercicio en nuestras empresas más grandes, reguladas y supervisadas. No vemos que haya acciones de acercamiento e integración suficientemente profundos y sistemáticos como para eliminar esta brecha.

En cambio, tenemos claro que hay una competencia complicada porque varias firmas medianas quieren llegar a los clientes de las grandes y, como no lo logran, plantean que hay un “monopolio”, que en tal caso sería un oligopolio.

Curiosamente, esta discusión es la misma en otros lugares del mundo, al punto que, en Europa, si una firma grande quiere retener un cliente por más de siete (7) años, debe asociarse con una mediana.

Algunas firmas han logrado ganarse ciertos clientes grandes por ofrecer el mismo trabajo a menor costo. Con el tiempo sabremos cuál fue la calidad de estos servicios, que puede ser superior, igual o menor a los anteriores.

Nosotros creemos en los profesionales que hemos formado, de gran disciplina, que estudian todos los días. Confiamos en su debido cuidado y lamentamos el medio tan hostil en que deben ejercer.

Sabemos que el mercado privilegia los énfasis o especializaciones, así como ciertas habilidades y actitudes que no todos exhiben, como el dominio de una segunda lengua y un gran empoderamiento sobre la propia, tanto a nivel escrito como oral.

Hoy se espera que los egresados sean competentes en el uso de muchas herramientas de computador, desde las de escritorio, hasta algunas muy adecuadas para la contabilidad y la auditoría.

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El referente inmutable de la contaduría es la empresa. Sea micro o grande, todas evolucionan día a día. La legislación, aunque demasiado abundante, es de baja calidad. Pero las formas de producción, mercadeo, crédito, experimentan muchas innovaciones.

Además, hay muchas presiones desde la perspectiva de la responsabilidad social, que aboga por cosas tales como el respeto de los derechos humanos, de los pactos internacionales, del medio ambiente y de la comunidad en general.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor de Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 5396, octubre 26 de 2020

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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