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En el mercado laboral colombiano el número de ocupados en actividades propias de la economía naranja ha caído levemente en los últimos años, llegando a 282.566 personas en 2018. Persisten retos como la ausencia de condicionales laborales equiparables a las de otros sectores.
En su informe mensual del mercado laboral correspondiente a junio de 2019, Importancia de las industrias creativas en la economía, Fedesarrollo analiza el comportamiento del mercado laboral relacionado con la economía naranja. Cabe recordar que con la Ley 1834 de 2017 se creó la Ley Naranja, con la cual el Gobierno da protagonismo al sector como generador de empleo de calidad y motor de desarrollo.
«El valor agregado de las industrias creativas en 2018 fue 15.645 mil millones de pesos. Las industrias culturales (editorial, audiovisual, fonográfica, entre otros) fueron las que más contribuyeron a la generación de valor agregado con 42,2 %, seguido de creaciones funcionales (medios digitales, software de contenidos, diseño y publicidad) con 34,2 % y de artes y patrimonio (artes visuales, artes escénicas, espectáculos, turismo, patrimonio cultural, material e inmaterial, entre otros) con 23,6 %», publica el informe.
Enfocados en América Latina, según estudios sobre emprendimiento elaborados por el Banco Interamericano de Desarrollo –BID–, la entidad halló que, de las personas que contaban con un emprendimiento en actividades relacionadas con las artes visuales, desarrollo de software y turismo, entre otras, 43,5 % eran empleados por cuenta propia, 24,0 % eran independientes y 17,2 % tenían un contrato fijo. Los demás tenían un contrato por honorarios o no tenían ninguno.
En el mercado laboral colombiano ligado a la economía naranja, el número de ocupados ha caído levemente en los últimos años, llegando a 282.566 personas en 2018. «De hecho, en 2018 en 384 mil hogares había al menos una persona dedicada a alguna actividad perteneciente a la economía naranja, 2,5 % del total de los hogares colombianos. El 42,5 % de las personas se ocuparon en el subsector de artes y patrimonio y el 42,3 % en creaciones funcionales», indica Fedesarrollo. Las industrias culturales participaron con el 15,2 %, pese a ser el subsector que más contribuyó al valor agregado de las industrias creativas.
Por su parte, la proporción de trabajadores independientes y asalariados es similar, ya que los primeros representan el 50,8 % de los ocupados, mientras que el 49,2 % restante son asalariados. En cuanto a la composición de esta población por sexo, 39,7 % de los ocupados son mujeres, y 60,3 % hombres.
El Gobierno planteó un plan institucional para el fomento de esta industria. En el Plan Nacional de Desarrollo 2018–2022 se incluyó una sección cuyo énfasis es la economía naranja, en donde se presupuestaron 6 billones de pesos y se establecieron unas metas para el cuatrienio, como aumentar de 791 a 3.500 el número de empleos directos en actividades propias de este sector mediante el Fondo Emprender, así como que el valor agregado bruto de estas actividades crezca en promedio 5,1 % en el cuatrienio.
«El Gobierno colombiano ha puesto en marcha planes y programas para su potencialización, que buscan generar más empleo y más producción. Sin embargo, persisten retos como lo extensa que puede llegar a ser su definición y por ende la dificultad en su medición, además de la ausencia de unas condicionales laborales equiparables a las de otros sectores para buena parte de sus trabajadores», advierte el documento.
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