Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Cerca de 50.000 personas y 35.000 empresas pagarían el Impuesto a la Riqueza. Los empresarios afirman que ninguna de las propuestas que sobre este impuesto hicieron fue escuchada, ni la propuesta del Consejo Gremial que buscaba aumentar el impuesto sobre las utilidades; ni la de los dividendos, que quedó para un próximo proyecto.
El Gobierno no se cansa de expresar una férrea defensa a la Reforma Tributaria y de afirmar que aquellas personas o empresas que más tienen le darán la mano, con un esfuerzo adicional, a quienes han sido excluidos del progreso y el desarrollo.
El presidente Santos ha dicho que el Gobierno le pedirá al Congreso que cambie el nombre de Impuesto a la Riqueza por el de Impuesto contra la Pobreza. “Algunos se han quejado del nombre del impuesto: Impuesto a la Riqueza. Yo diría que este es un Impuesto más bien contra la Pobreza. Por eso le voy a pedir al Ministro que le pida al Congreso de la República que le ponga ese nombre: Impuesto contra la Pobreza”, dijo a los medios de comunicación.
Para Santos se está hablando de unas 50.000 personas, lo que equivale al uno por mil de la población, que cuenta con altos patrimonios y unas 35.000 empresas que pagarán un poco más de tributos para ayudar a millones de colombianos menos favorecidos a mejorar sus vidas.
El Mandatario dijo que este esfuerzo, que cuesta, lo harán los colombianos más pudientes y así construir un país más justo, equitativo y más viable. “Con ese esfuerzo adicional lograremos que 2 millones y medio de niños entre 0 y 5 años reciban atención integral. Con ese esfuerzo adicional garantizaremos que la educación pública en Colombia siga siendo totalmente gratis desde el grado cero hasta el once”, añadió.
Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda en el primer gobierno de Álvaro Uribe, dijo en los micrófonos de Blu Radio que cambiarle el nombre a Impuesto contra la Pobreza es deprimente. “Me pareció muy deprimente cambiarle el nombre por la siguiente razón: da a entender que el hecho de expropiar patrimonios es consistente con reducir pobreza, es decir, que es lo mismo quitarle a la gente un pedazo de su riqueza para reducir la pobreza en el país, como si las dos cosas fueran equivalentes”, dijo.
Carrasquilla afirmó que es equivocado pensar que la generación de riqueza genera pobreza y que el camino correcto es quitarle a los ricos y darle a los pobres.
Y sobre el Impuesto a la Riqueza, que tiene con dolor de cabeza a los empresarios, hay que decir que, como publica La República, ninguna de las alternativas para este gravamen tuvo eco en el Congreso, ni la propuesta del Consejo Gremial que buscaba aumentar el impuesto sobre las utilidades; ni la de los dividendos, que quedó para un próximo proyecto.
A plenaria pasó el Impuesto a la Riqueza con una tarifa máxima de 1,5% para personas naturales y 1,3% para persona jurídicas en 2015, y lo deberán pagar todas las personas o empresas que tengan patrimonios superiores a $1.000 millones.
El Consejo Gremial, con Bruce Mac Master a la cabeza, insistió en que las tarifas de este impuesto son muy altas y por tanto siguen afectando la inversión y el ahorro de las empresas. Sin embargo, los ponentes consideraron que escucharon a los empresarios con la reducción de esta tarifa y el aumento de la sobretasa al Impuesto Sobre la Renta para la Equidad, CREE.
El Impuesto a los Dividendos, cuya propuesta fue del senador Antonio Navarro buscaba una tarifa de 10% para dividendos superiores a los $41 millones para reemplazar el Impuesto a la Riqueza, se cayó en el debate.
También quedó aprobada la sobretasa al CREE, con la cuál se compensará la disminución en el impuesto a la riqueza. La idea de este impuesto es que la sobretasa sea para las empresas con utilidades superiores a los $800 millones.
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