Derecho de retracto, ¿cuándo no opera?

Los consumidores tienen cinco días para retractarse de una compra cuando no estén a gusto con el producto, pero deberán asumir los costos del envío, y deberán entregarlo en las mismas condiciones en que se recibió; no obstante, hay casos en los que no opera este derecho.

Empecemos por decir que el derecho de retracto, contemplado en el artículo 47 de la Ley 1480 de 2011 –Estatuto del Consumidor–, asiste a todo consumidor cuando ha comprado un producto o bien y desea con posterioridad regresarlo al vendedor o productor, independiente de las razones que tenga para hacerlo, ya sea porque el producto no cumplió sus expectativas o porque se arrepintió de la compra.

El derecho de retracto se podrá invocar hasta el quinto día hábil después de que se haya entregado el bien al consumidor, implicará la obligación para el productor o vendedor de regresar el precio total que el comprador retractado haya pagado, y obligará a este último a devolver el producto o bien por los mismos medios y condiciones en las que lo recibió; ello dará por entendido que los costos de transporte y demás estarán a cargo del comprador.

No se puede presionar al consumidor para aceptar un servicio diferente

Una vez ejercido el derecho de retracto la única opción procedente es la devolución del dinero cancelado por el bien o servicio adquirido mediante la venta a distancia o financiada, por lo que no es posible que el productor o proveedor se niegue, guarde silencio, condicione la devolución o presione al consumidor para aceptar un bien o servicio diferente al inicialmente adquirido.

Excepciones al derecho de retracto

Se exceptúan del derecho de retracto, los siguientes casos:

1. En los contratos de prestación de servicios cuya prestación haya comenzado con el acuerdo del consumidor: un buen ejemplo es cuando se contrata la corrección de estilo de una obra y posteriormente el contratante pide la resolución del contrato porque encuentra una mejor oferta para realizar la edición.
2. En los contratos de suministro de bienes o servicios cuyo precio esté sujeto a fluctuaciones de coeficientes del mercado financiero que el productor no pueda controlar; caso por ejemplo del corretaje de acciones en bolsa.
3. En los contratos de suministro de bienes confeccionados conforme a las especificaciones del consumidor o claramente personalizados; el ejemplo clásico es el vestido de matrimonio o primera comunión, que es encargado a un diseñador exclusivo.
4. En los contratos de suministro de bienes que, por su naturaleza, no puedan ser devueltos o puedan deteriorarse o caducar con rapidez; por ejemplo, una suscripción a Actualícese.com o un libro virtual en formato PDF que dicha empresa tenga a la venta.
5. En los contratos de servicios de apuestas y loterías, porque se constituyen como aleatorios, y como tal llevan implícita la suerte o el azar y no hay seguridad de que el consumidor gane por el solo hecho de suscribir el contrato.
6. En los contratos de adquisición de bienes perecederos, como vegetales y carnes, entre otros.
7. En los contratos de adquisición de bienes de uso personal; un ejemplo de estos es la compra de productos como ropa interior, cepillos dentales, etc.

Contratos de agencias comerciales

Cuando los contratos celebrados con las agencias de viaje dan lugar al derecho de retracto, porque se utilizaron medios no tradicionales o se celebraron a distancia, y estos ya se han perfeccionado en cuanto al precio y los servicios, incluidos tiquetes aéreos y cupos en hoteles, el consumidor tiene cinco días para desistir de la compra.

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