Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Diversidad étnica, cultural, social y económica, de los estudiantes y profesionales de contaduría – Hernando Bermúdez Gómez


En Colombia aún tenemos muchas dificultades raciales. Las minorías son tratadas con desdén, porque las comparamos con los occidentales y nos parecen inferiores, muchos viven en extrema pobreza, la que se aumenta cuando desconocemos su dignidad. Confesamos que cuando tuvimos nuestro primer estudiante indígena en la universidad, nunca llegamos a entender cómo pensaba.

Tan solo hace 75 años, por primera vez, una mujer afro – americana fue certificada como contador público en los Estados Unidos. Como es fácil imaginar, tuvo que crear su propia firma, la cual hoy es una de las principales compañías de contadores negros.

Una de las cuestiones que más nos exaltan es la tendencia a juzgar a los contadores por su procedencia, por su estrato socio económico, por su forma de vestir, por la universidad en la cual estudiaron, por el automóvil que tienen, por el lugar en el cual viven y otras expresiones personales.

Siempre hemos tenido claro que la procedencia de las personas y su historia no dice nada de su integridad ni de su competencia.

Desafortunadamente, la descalificación que unos hacen de otros ha sido hábilmente utilizada para profundizar con base en ella un gran resentimiento hacia las grandes firmas de contadores. Nos la pasamos tratando de demostrar la maldad de los demás para que quede claro que no son mejores que nosotros. Estrategia fratricida, tanto como la que mueve a descalificar a quienes no son iguales a nosotros, por lo que no se salva nadie.

Las empresas no son patrimonio de los ricos, mucho menos la decencia, la sabiduría y la felicidad. Nuestros estudiantes deben aprender a tratar cordialmente a todos sus colegas, haciendo caso de la enseñanza del maestro: “1 No juzguen, para no ser juzgados.” –Mateo 7–

Hoy en día tenemos escuelas de contabilidad por todo el territorio, lo que no sucede con muchas carreras, razón por la que la diversidad étnica, cultural, social y económica de los egresados, estudiantes y profesores de contaduría, es una de las notas indudables de la profesión colombiana.

Sabemos y no nos enrojecemos al sostenerlo, que la preparación es muy variopinta, pero aun así, nos tomamos el trabajo de hablar con unos y otros para establecer quiénes son, cómo piensan, qué saben y cuáles son sus aspiraciones. Así hemos podido aprender muchas cosas que no oímos en nuestro micro mundo; también nos hemos dado cuenta de acciones que tenemos que mantener y otras que debemos eliminar.

Las redes de universidades contables o de empresas de contadores y las agremiaciones profesionales, reflejan el panorama que hemos descrito. Son pocas las que son abiertas a todos, en las que se exige el respeto por los demás, escucharlos antes de argumentar y en las que todos tienen los mismos derechos y obligaciones. Una cultura humanista, necesariamente basada en la dignidad de cada ser y realmente democrática, es fundamental.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 3772, agosto 27 de 2018

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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