Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
En dialogo con Esteban Piedrahíta, presidente de la Cámara de Comercio de Cali, afirma que el Valle del Cauca fue uno de los departamentos menos beneficiados del boom minero energético de la última década. Piensa que los buenos resultados económicos del departamento se ven reflejados en la creación de más puestos de trabajo, los cuales en su mayoría son empleos formales.
Esteban Piedrahíta, afirma que las empresas del Valle del Cauca y las que están ubicadas en el enclave industrial del norte del Cauca, conforman la estructura empresarial más diversificada del país, después de Bogotá. «En este contexto, la devaluación del peso y la caída del precio internacional del petróleo pueden impactar positivamente el desempeño económico regional», dice.
Hablando de la devaluación del peso, Piedrahita afirma que el Valle del Cauca recibe casi el 35% de las remesas que llegan a Colombia procedentes del exterior, lo cual es relevante, teniendo en cuenta que la población de este departamento representa menos del 10% del total nacional. «La mayor tasa de cambio aumenta los ingresos en pesos de los hogares que reciben remesas del exterior, lo que implica que el consumo privado mantendrá el buen desempeño que exhibió a lo largo de 2014. Además, la región del eje cafetero recibe casi el 20% de las remeses nacionales; esto quiere decir que más del 50% de las remesas de Colombia llegan a hogares que se encuentran muy cerca de las empresas del Valle».
Para el presidente de la Cámara de Comercio de Cali, el aumento en la tasa de cambio seguramente tendrá algún efecto real en términos de los costos de producción de las empresas, debido al aumento del precio de las materias primas importadas, pero este puede ser parcialmente compensado por cuenta de la caída en el precio del petróleo, que implica una reducción en los precios de la energía y del transporte.
Para Piedrahita, el Valle del Cauca fue uno de los departamentos menos beneficiados del boom minero energético de la última década. «Nosotros no somos productores de petróleo ni exportadores de crudo o carbón. Es uno de los departamentos que, en términos per cápita, recibió menos recursos por concepto de regalías por causa de los altos estándares de calidad de vida del departamento y la gran mayoría de los municipios.
«El efecto negativo de la caída del precio internacional del petróleo podría empezar a manifestarse en el mediano plazo, por concepto de la menor capacidad de gasto e inversión del Gobierno Nacional y la contracción de la demanda interna de los hogares en las regiones productoras y de aquellas que recibían importantes ingresos por concepto de regalías. Sin embargo, el efecto de ajuste de gasto nacional se debe evidenciar el próximo año, pues la capacidad de ajuste de plan de inversiones del Gobierno Nacional es menor».
Para Piedrahita, esta coyuntura debe impulsar a las empresas locales a buscar nuevos mercados en el exterior. En principio, debido a la cercanía, la afinidad cultural y el acceso preferencial a algunos mercados, las economías de Centroamérica y el Caribe representan una gran oportunidad para las empresas del Valle del Cauca. «En estos países se lograrán ahorros importantes por cuenta de la reducción del precio de la energía. Por ejemplo, en Costa Rica se podría registrar un ahorro de más de $US 3.000 millones este año, por cuenta de un menor gasto en importaciones de petróleo y combustibles».
Buena parte del ajuste cambiario registrado desde mediados del 2014 tiene que ver con la recuperación de la economía de EE.UU., lo cual representa otra gran oportunidad para las empresas colombianas. El actual contexto es apropiado para empezar a materializar las ventajas del TLC con ese país.
Con respecto al tema de infraestructura, recientemente se firmó el Acta que promulga la construcción de la vía Mulaló-Loboguerrero, por la cual se movilizará en el 2020 el 38% del tráfico de vehículos pesados del país. Desde el punto de vista de Piedrahita, esta obra representa una gran oportunidad para dinamizar la actividad de las empresas de los municipios del sur del Valle del Cauca y aquellas que están ubicadas en el enclave industrial del norte del Cauca.
«Los menores costos de transporte asociados a la utilización de esta obra, representarán una gran oportunidad para las empresas de esta región. Los costos de importación de materias primas y de exportación de productos se reducirán, debido al menor trayecto hacia el puerto de Buenaventura», indica.
Un efecto secundario de esta obra corresponde a la dinamización de la economía de los vecinos. Una mayor dinámica empresarial en el Cauca y Nariño representan una oportunidad para las empresas del Valle del Cauca. «La competitividad de los vecinos no puede percibirse como una amenaza sino como la oportunidad de acceder a mercados más grandes y dinámicos. Por esta razón, es necesario que en Colombia se entienda que la competitividad de Buenaventura y las obras de infraestructura ejecutadas para reducir los costos de transporte a los puertos, no son un asunto que beneficia exclusivamente al Valle del Cauca».
La tasa de desempleo en Cali para el trimestre octubre-diciembre del 2014 fue 11,2% y a pesar de haber sido la más alta entre las principales ciudades – Medellín 9,9%, Bucaramanga 8,1%, Bogotá 7,7% y Barranquilla 7,4% -, es la más baja que se ha registrado en Cali durante el mismo trimestre desde el 2007 (10,1%).
La tasa global de participación en Cali aumentó 1,8%; de 66,4% en octubre-diciembre de 2013 pasó a 68,2% en igual periodo de 2014, y es la tercera más alta entre las principales ciudades después de Bogotá (72,7%) y Bucaramanga (71,4). El positivo desempeño de la región en los diferentes renglones de su economía se ha traducido en mejores indicadores de empleo y formalidad. Al respecto, el número de ocupados en Cali durante el trimestre octubre-diciembre de 2014 (1.197.947 personas) creció 4,6% frente al mismo período del 2013, por encima del crecimiento de Medellín (0,8%), Bogotá (3,4%) y en las 13 áreas metropolitanas (3,7%).
La demanda de nuevos trabajadores, por parte del sector productivo, ha contribuido a incrementar la tasa de ocupación (ocupados/población en edad de trabajar). En Cali, la tasa de ocupación entre octubre y diciembre fue 60,5%, superior a la registrada en Medellín y Barranquilla.
Los trabajadores formales en Cali alcanzaron 52,9% de la población total ocupada, lo que llevó a una tasa de informalidad de 47,1%, por debajo del registro de Barranquilla (55,4%) y Bucaramanga (55,7%) y cercana a las de Bogotá (43,8%) y Medellín (43,6%). El número de ocupados como empleados de empresas particulares en Cali, que están estrechamente asociados al empleo formal, registró un crecimiento de 6,8% en octubre-diciembre de 2014 frente a igual período del 2013, crecimiento igual al registrado en Bucaramanga (6,8%) y superior al de Bogotá (6,1%) y Medellín (4,9%).
«Los buenos resultados económicos del departamento se están viendo reflejados en la creación de más puestos de trabajo y, en el caso del Valle del Cauca, la mayoría son empleos formales. Los buenos resultados en materia de formalización laboral están asociados, además del actual momento económico, al diseño de política económica desde el Gobierno Nacional«, afirma tajantemente Piedrahita.
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