Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Efectos contables del comportamiento de la tasa de cambio – José Meiber Padilla


La historia de la política en materia cambiaria en los últimos cuarenta años se puede clasificar como antes y después de la vigencia del Decreto 444 del año 1.965 o sea entre esta fecha y el año 1.993 cuando se entro a funcionar con la banda cambiaria la cual desapareció en 1.998 para dar paso a una libertad cambiaria vigilada por el Banco de la Republica, mediante los mecanismos de intervención en el mercado de divisas.

En el anterior ambiente antes de 1.993 fue promulgada el decreto 2649  Articulo 102 donde se consagra que contablemente todas las diferencias en cambio debe llevarse a ingresos o egresos del ejercicio según sea el caso, salvo cuando se puedan llevar a mayor valor de los activos en este caso activos fijos.

Pero a partir del año 2.005 el dólar comenzó a tener comportamientos atípicos a todo lo vivido anteriormente como sucedió en el 2.008 donde se paso de un escenario de reevaluación a otro de devaluación , es decir, se pudieron liquidar diferencia en cambio a favor y en contra en un mismo periodo fiscal y por cuantías considerables.

Los contribuyentes que tienen que ver con diferencia en cambio se pueden clasificar en tres grandes grupos: Quienes importan bienes de capital para su uso, quienes importan o exportan mercancías de alta rotación (bienes de consumo) y quienes importan mercancía de baja rotación (bienes durables, vehículos, repuestos)

Los dos primeros no tienen ningún problema contable en un escenario de alta volatilidades como ha sucedido en los últimos tres años, porque los primeros simplemente capitalizan en los activos los mayores o menores valores presentados. Los del segundo grupo tampoco tienen problema pues su activo en este caso es el inventario tiene tal rotación que si tienen financiación en dólares necesariamente lo llevan al Estado de Resultados sin ningún atenuante

No sucede lo mismo con el tercer grupo que tienen inventarios de lenta rotación y deudas en dólares con plazos entre 60 y 120 días. En este caso si se presentan distorsiones       por lo siguiente

  1. Cuando llega una importación se debe costear a una tasa de cambio que resulta ser superior o inferior a la cual se va a pagar, situación del 2.008
  2. Si se lleva esa diferencia en cambio ( pues es imposible recostar la mercancía) al estado de Resultados  se pueden presentar o bien grandes utilidades o grandes perdidas según se el comportamiento del dólar.
  3. Cuando el caso es de reevaluación se presentan unos ingresos realizados sobre mercancías que no se ha vendido, contraviniendo los principios contables en ese sentido.
  4. Existen tres precios de la mercancía, el que se contabilizo, el que se pago por ella y el actualizado del proveedor en dólares.
  5. Si la diferencia en cambio se contabiliza cada que se pagan obligaciones, en los meses de altos pagos se presentan altas utilidades o altas perdidas lo cual convierte los Estados de Resultados mensuales en verdaderos yoyos, ocultando los verdaderos resultados operativos del negocio o generando un clima de incertidumbre con respecto a los mismos.

En unas circunstancias como las anteriores como explicarle por ejemplo a un analista bancarias que todas las utilidades de la empresa las genero la diferencia en cambio, o algo peor que sin ellas se habrían presentado perdidas.

La solución para este tipo de caso es crear una cuenta de diferencia en cambio tanto en la cuenta de inventarios como en la cuenta de costo de ventas y tratar de amortizar las fluctuaciones manteniendo una tasa de rentabilidad presupuestada. Lo único malo de esta solución es que esta en contra de los dispuesto por el decreto 2549 del 2.003. Que hacer?

Autor:

José Meiber Padilla
Contador Publico
josemeiber@yahoo.es
Cali, Mayo 13 del 2.009

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