Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

[Editorial] El Contador de Hoy: generando confianza – José Hernando Zuluaga


José Hernando Zuluaga Marín

En los anteriores artículos relacionados con el Contador de Hoy se han tratado los temas de la globalización y de la tecnología; ahora nos referiremos a la generación de confianza.

Resulta que la Fe Pública que transfiere el contador público se da por las características legales de la profesión y por una disposición normativa;  (La fe Pública es un acto que solo lo da nuestra profesión en Colombia, pues debe tenerse en cuenta que la fe pública que da un notario no es por las características de su profesión, sino por el ejercicio de una actividad controlada por el Estado); de ahí que dar fe pública, a mi criterio, solo constituye el lleno de un requisito legal. Lo que verdaderamente pesa es que esa firma legalizada, dé como resultado, que esa verdad, “fe”, que el público acepta creyendo en el profesional, debe generar en los terceros una verdadera confianza; que el documento firmado por ese contador, para un banco, para instituciones públicas, para entes del exterior, para licitaciones, para las cámaras de comercio, para entes supervisoras y para entes oficiales conduzca a una aceptación por parte de las diversas entidades públicas y privadas de que se está protegiendo el interés público. Que de esa verdad sustentada en la Fe Pública se logren, como resultado, unas decisiones acertadas de esos diferentes entes que en nada afecten ni la economía de la empresa ni la economía nacional.

El resultado hasta ahora es bueno, acertado y da mucha confianza, especialmente cuando se pide la firma de un documento por parte de un revisor fiscal en el cual da fe pública, puesto que viene generando  confianza en las instituciones y en la profesión llegando a que esa credibilidad vaya en aumento cada día. Menos fuerte es la confianza en la sola firma en la cual da fe pública quien ejerce  la función de contador, puesto que se dan muchas circunstancias dudosas y esto se puede corroborar por las quejas que recibe el Tribunal Disciplinario de la Junta Central de Contadores, máximo organismo disciplinario de la profesión.

He entendido que esa confianza cuando ha sido vulnerada, no lo ha sido por el contador público con una formación ética y moral, adquirida ya en su casa, ya en el trabajo, o bien  en la universidad; sino, lógicamente por “torcidos” que en todas las profesiones los hay, influenciados por diversos motivos.

Siempre se espera y se esperará que se logre descubrirlos y que sean sancionados.

Concluyo: un contador público con visión global, con altos conocimientos tecnológicos y uso de la red, da a los terceros confianza de tipo técnico y profesional; pero una confianza plena solo es posible si está soportada o respaldada en la ética y la moral. El resultado de esa confianza así lograda es la aceptación creíble, sin ninguna duda del valor de sus actos por parte de terceros acogiendo sin ninguna duda su firma en aquellos soportes que utilizan terceros para la gestión privada y pública.

Quiero destacar muy especialmente la alta credibilidad que tiene el sexo femenino en su gestión como contadores públicos o bien como auditores o revisores fiscales.

Escrito preparado por:

José Hernando Zuluaga Marín
CEO de admin.actualicese.co

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