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El Contador Público y el ejercicio de la auditoría – Helio Fernando Vega Arroyave


Helio Fernando Vega Arroyave

La profesión de Contador Público en Colombia, es quizás una de las carreras que ha llegado a estar a la vanguardia con la economía mundial.

Los estándares internacionales de información financiera exigen que  esta refleje en forma real y fidedigna los hechos económicos que ocurren en un ente económico durante un período de tiempo.

Por ello, hoy más que nunca se requiere de profesionales altamente capacitados que no se queden solo con estudios de pregrado, sino formados con posgrado en Revisoría Fiscal a fin de ejercer como revisores fiscales, auditores internos o externos.

Aunque esta teoría es la ideal, en la práctica, empresas grandes que tienen excepcionales infraestructuras en su departamento contable, no  logran estar a la vanguardia, y esto se debe a que al interior de sus empresas, los directivos no dan importancia al control interno, dejando este aspecto tan indispensable al auditor externo quien, como su nombre lo indica, únicamente hace una revisión con un alcance limitado, dejando así la posibilidad de que al interior de la empresa los funcionarios tengan espacio para cometer errores o irregularidades de forma voluntaria o involuntaria.

En este campo, algunas multinacionales de auditoría han dejado el ejercicio de esta actividad en manos de jóvenes inexpertos que no tienen los conocimientos, el criterio, ni la experiencia necesarias para revisar la información financiera y tributaria de una empresa con grandes infraestructuras; tal es el caso de las declaraciones tributarias en las cuales pueden pasar por encima de los errores o irregularidades y fraudes, casos de desfalcos o fraudes en el efectivo, sin ni siquiera darse cuenta y sin notarlo, mucho menos queda escrita la salvedad en sus informes de auditoría, y aun así firman las declaraciones, se firman así los estados financieros, y al final del año su dictamen sale limpio (sin salvedades).

No debemos olvidar que el contador, auditor o revisor fiscal con su firma en los estados financieros, en la certificación de los Estados Financieros y en la firma de los mismos, están haciendo las veces de notario (dando fe pública de que la información allí plasmada es veraz).

El contador público, no debe esperar de las normas de auditoría la totalidad de las reglas que recojan las situaciones posibles en las que pueda encontrarse al realizar una auditoría o una revisoría fiscal. El nivel profesional, la experiencia en la práctica profesional y el juicio equilibrado son fundamentales en el contador público para determinar los procedimientos necesarios que aplicará de acuerdo con las circunstancias que se encuentren en el trabajo.

El contador debe tener independencia mental en todo lo relacionado con su trabajo, para garantizar la imparcialidad y objetividad de sus juicios; pero esto en muchos casos de la práctica, infortunadamente para nuestra profesión, no es así, pues existen entidades de auditoría que firman estados financieros por orden de la administración o empresa que las contratan, en muchos casos sin hacer un análisis profundo de ciertas cifras que han sido “maquilladas” para efectos de lograr un margen, o cifras que agraden a las entidades financieras y así lograr préstamos o inversiones.

Por esto se requiere que el Consejo Técnico de la Contaduría tome cartas en el asunto y dignifique nuestra profesión, a fin de que los profesionales de la Contaduría volvamos a ganar ese lugar de prestigio en la sociedad y no nos vean como un simple tenedor de libros (registro de hechos pasados).

Autor:
C.P Helio Fernando Vega Arroyave

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