El impacto en el patrimonio por la aplicación de las NIIF – José Arbey Maldonado Lenis

En este acelerado proceso de capacitación, implementación y acompañamiento a profesionales y empresarios de varios sectores económicos en el tema de las Normas Internacionales de Información Financiera –NIIF–, se viene presentando una amable discusión de criterios con los empresarios y los colegas contadores y revisores fiscales de estas empresas sobre el tema del valor razonable (Mercado) de los activos y su impacto en los patrimonios de las empresas; se presenta principalmente en aquellas empresas con altos volúmenes de edificios y terrenos, que tienen registrados estos bienes a costos históricos de 10, 20, 30 o más años y que al cumplir con la norma de colocar sus activos al valor razonable (de mercado) su patrimonio se ve aumentado en forma exponencial.

El principal temor de los empresarios es el aumento en sus niveles de tributación, ya sea por renta presuntiva o impuesto al patrimonio –que supuestamente era temporal y ahora es casi permanente de reforma en reforma– a partir de los 4 años que se concedió a la DIAN para tomar alguna decisión respecto de la utilización de la información contable bajo NIIF, para la presentación de las declaraciones tributarias, que obliga a las empresas a mantener otra contabilidad para este único fin.

Lo que hemos encontrado y que me parece como positivo en este proceso con las empresas –las que han comenzado, que solo es en mi criterio como el 5%– es que en la mayoría de los casos las ha obligado a formalizar sus procesos y a definir políticas en el manejo del negocio, que en muchos de los casos no existían o se tenían de manera informal; otro aspecto positivo a destacar es exponer la situación de las empresas a su realidad económica y saber en realidad cuál es su salud financiera.

Y este, en mi criterio, ese es el pilar fundamental de las NIIF; mostrar la realidad económica de las empresas y llevar a sus administradores y propietarios a tomar las decisiones que son necesarias en su contexto.

Creo que con este razonamiento se resuelve esta amable discusión sobre el tema de reconocimiento de los activos a su valor razonable en las empresas, el poner las cifras en su realidad, así como la normatividad obliga a eliminar las mentiras en las Cuentas de Deudores (clientes vencidos a más de 300 o 500 días, cuentas por cobrar a extrabajadores, cuentas por cobrar a socios que nunca se pagarán), diferidos –gastos capitalizados para mostrar utilidades–, inventarios –materiales o productos obsoletos por tecnología o moda o en mal estado–, también obliga a poner la Propiedad, planta y equipo a su valor real, no hacerlo colocaría a las empresas en emisión de estados financieros no adaptados a normas internacionales y mal haríamos los contadores y revisores fiscales en certificar lo contrario.

Con el agravante de la reciente emisión del Decreto 2548 de diciembre de 2014 que ratifica el manejo de la otra contabilidad por 4 años, específicamente para las pymes entre el 1 de enero del 2016 y el 31 de diciembre del 2019, y les impone la obligación adicional de llevar un libro auxiliar que determine la diferencia entre las dos contabilidades –la del 2649 y la de las NIIF– y a través de éste se podrá determinar claramente por parte de la DIAN qué empresas han preparado sus Estados de Situación financiera de Apertura –ESFA– con el cumplimiento de las NIIF, y quienes no lo han hecho y con ella pedir la intervención de la Superintendencia de Sociedades.

José Arbey Maldonado Lenis
Contador Público Titulado – MBA con Énfasis en Gestión Estratégica
E-mail: jamaldonado@grupocoach.com