Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Desde que en mayo de este año comenzaron a correr rumores que indicaban que varios productos de la canasta familiar tendrían IVA, el proyecto de la reforma tributaria comenzó a oler mal. La condición, en ese entonces, era que a los más pobres se les devolviera más de lo que pagaran por ese impuesto.
La idea del ex ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, era buscar una fórmula que permitiera que los ricos pagaran más y los pobres menos. La aplicación del IVA a ciertos artículos de la canasta familiar dependía de la devolución que se haga a los más pobres. “Sólo la contemplaría si se le puede devolver a los pobres de Colombia, cualquier suma y mucho más de lo que podrían pagar”, decía el Ministro en los medios.
Pues bien, la semana pasada el tema de la reforma tributaria volvió a tronar en voz del actual ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas. Se conoce que el próximo mes de octubre, el proyecto tendría luz verde.
Según una filial mexicana de la firma Kpmg, la tendencia global es que tanto productos alimenticios como medicamentos tengan un IVA distinto de cero. Así lo indica un estudio realizado en 75 países que aplican este gravamen.
Como lo publica Portafolio, con el mismo argumento que se planteó el IVA a los alimentos básicos, el estudio también estima que no solo se trata de lograr un impacto recaudatorio sino un efecto redistributivo.
La investigación concluye que el 66% de los países grava los alimentos a una tasa distinta de cero por ciento, cifra que llega al 68% para las medicinas. De igual manera, el estudio destaca el panorama tributario del IVA en Europa donde un 66% de los países gravan los alimentos con la tasa reducida, y el porcentaje se incrementa al 72% para los medicamentos.
De los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, grupo al que quiere ingresar Colombia, 58% aplica una tarifa reducida del IVA a los alimentos y el 55% grava los medicamentos.
La tasa general que en Colombia es de 16%, se cobra a todos los consumidores de alimentos en el 25% de países analizados por Kpmg, mientras que solo un 12% de las naciones tiene tarifa cero para los alimentos. Otro 12% maneja un arancel de IVA excluido.
Según las conclusiones del estudio, en las naciones donde se produce resistencia a la aplicación de este gravamen, a alimentos y medicamentos, la alternativa ha sido la de elegir una tarifa reducida.
No estamos hablando del caso colombiano, pero sí del español. En España se ha iniciado una ofensiva parlamentaria en el Congreso para intentar conseguir que el pan sin gluten sea considerado como un alimento básico y se le aplique un IVA del 4% y no el del 10% que tiene en estos momentos.
De igual manera, el sector de la pesca está estudiando una estrategia para reclamar que el pescado sea gravado con un IVA superreducido del 4 %, al igual que alimentos como los huevos, la leche o la fruta, considerados de primera necesidad.
En México, el actual partido de Gobierno busca gravar con IVA alimentos y medicinas, una propuesta a la cual se opuso en el pasado, pero que hoy es vista como la única opción para elevar la débil recaudación tributaria de esta nación.
Lógicamente el tema ha causado polémica en un país donde casi la mitad de la población gasta la mayoría de sus recursos en alimentos.
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) se pronunció por impulsar una reforma fiscal que generalice el IVA y aplique una tasa inicial «suave» de 6% en alimentos y medicinas.
En nuestro país, el IVA es uno de los impuestos que más peso tiene en los ingresos nacionales. Por IVA interno, el recaudo en el 2011 fue de 25,1 billones de pesos, de los 86 billones del total. En lo que va corrido del año, han ingresado 16,4 billones de pesos por cuenta del IVA.
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