El Contador Público ya no es como lo pintaban antes. No es el tenedor de libros sino el analista de la información registrada, compilada, clasificada y presentada en informes. Informes que firmará para darles confiabilidad.
Los profesionales contables están en plena capacidad para ejercer funciones como jefe de contabilidad, gerente, auditor interno y externo, gerente financiero, revisor fiscal. Perfectamente pueden ser el cerebro de una empresa.
Que mejor que tener el poder en las manos. El poder de dar fe pública, los Contadores al igual que los notarios, son los únicos que certifican con su firma la autenticidad de un documento. Por tal motivo con el simple hecho de estampar su firma, la ley lo supone cierto y como tal lo acepta.
Con la creación de la Contaduría General de la Nación se dio un avance dentro de la cultura contable, especialmente para el sector oficial pues así se facilita el ordenamiento y cuantificación de sus estados contables y se determinan los derechos y obligaciones de la nación.
El problema se presenta con los ojos que miran, especialmente los empresarios, a los Contadores Públicos. «Parece que fueramos simples auxiliares que nos limitamos a registrar la información y dárselas a otras personas para que las analicen, interpreten y den sugerencias para la toma de decisiones», asegura José Segura, un Contador Público que lleva ejerciendo la profesión por más de 15 años.
El Contador Público de hoy está en una constante lucha por sus honorarios ya que si un cliente pretende que registren los hechos económicos, preparen todo tipo de informes como la información exógena nacional y distrital, declaraciones tributarias, informes a Supersociedades, al DANE, Estados Financieros, que hagan asesorías en materia laboral, en materia jurídico comercial y además realicen un análisis financiero, pues debe existir una justa compensación económica.
Pero también es cierto que para verios Contadores es la misma actitud de los colegas que no deja avanzar la profesión contable. «Muchos solo dan soluciones que le convienen parcialmente al cliente y se acomodan al pago que les coloquen; el hambre es cosa difícil de manejar», es una queja que da el Contador Público Luis Enrique González.
Carlos César Cortés es un enamorado de la profesión contable y la ve como una de las carreras con mejores prospectivas para las nuevas generaciones que vienen en camino y construyen conocimiento desde la Universidad. Él le da un gran espaldarazo a los jóvenes que vienen atrás.
«Nosotros, los profesionales de la Contaduría Pública debemos tener la misma actitud de esas nuevas generaciones estudiantiles: ¡Más actitud! ¡Más pasión por la profesión! Luchemos contra las amenazas que hoy en día atentan contra la profesión, pero sin denigrar de ella», asegura enérgico.