Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Analistas de datos, ingenieros especialistas en bioquímica, relaciones de gobierno, expertos en sistemas de información geográfica, nanotecnología y robótica, son los nuevos perfiles que se demandarán. Será importante detallar las expectativas salariales de los recién graduados.
El viceministro de Empleo y pensiones, Francisco Javier Mejía, participó en el conversatorio ‘El futuro del trabajo en la Cuarta Revolución industrial’, dentro del ‘10° Foro de Recursos Humanos’, realizado por la consultora internacional Mercer el 1 de noviembre de 2016. En su intervención, Mejía analizó cómo la cuarta revolución industrial en la que el mundo ya está inmerso transformará el mercado laboral. La tecnología hará que unos trabajos sean obsoletos, pero también creará otros, dijo el viceministro.
Un diagnóstico realizado por el MinTIC estima que hay un déficit en el país de 15.000 ingenieros en sistemas y telemática y que la cifra crecerá a 93.000 en el 2018. Esto contrasta con el crecimiento sostenible anual del 12% que presenta el sector. Se espera que para dicho año, las 1.800 firmas desarrolladoras de software que hay en el 2016 se dupliquen y que los 39.000 empleos relacionados con las TIC se tripliquen.
Según el informe The Future of Jobs del Foro Económico Mundial realizado en Davos, Suiza, se prevé un mayor crecimiento del empleo por el impacto de la Cuarta Revolución Industrial hasta el 2020 en ocupaciones relacionadas con computación y matemáticas (3,21%), arquitectura e ingeniería(2,71%)-, gerencia (0,97%) y negocios y operaciones financieras (0,70%).
Para Mejía, estas tendencias y nuevos requerimientos de talento humano crearán nuevas demandas de formación para satisfacer, de manera oportuna y pertinente, las exigencias del sector productivo ante la rápida dinámica con la que evoluciona el mercado laboral.
“Desde el Ministerio de Trabajo disponemos en este momento de metodologías de prospectiva laboral para identificar dichos cambios y empezar a entender las señales que el sector productivo está enviando con respecto a las necesidades de talento humano que requerirá en el futuro. Con esta información, que se viene obteniendo para varios sectores en distintas regiones del país, se aportan elementos muy importantes para la construcción del Marco Nacional de Cualificaciones, una iniciativa liderada por el Ministerio de Educación Nacional y apoyada por el Ministerio del Trabajo para alinear y armonizar la oferta formativa con las necesidades de talento humano del sector productivo”, concluyó el viceministro.
Los esfuerzos para cerrar la brecha entre las habilidades actuales y las que se necesitarán en el futuro deberán partir, según The Future of Jobs, de comprender la base de talentos y habilidades con que hoy cuenta una empresa, una industria específica y cada país en particular.
Esto implica, además, la necesidad de implementar cambios mayores en la manera como los negocios ven y administran el talento, al igual que adoptar una saludable costumbre: incentivar el aprendizaje permanente en quienes ya están integrados a la fuerza de trabajo.
El reto está en saber instruir a los niños, a los estudiantes y colegas para que dominen nuevas capacidades y puedan utilizar la tecnología para transformar al mundo. De esta manera, se podrá asegurar que las generaciones actuales y las siguientes no pierdan terreno en la carrera por el desarrollo de habilidades digitales. Ese es el camino, también, para que millones de nuevos empleos no queden vacantes porque las organizaciones no encuentran el talento capaz de responder a sus exigencias.
Existen variables claves que tienen un impacto en la maximización y potencialización del talento de las personas en una empresa, pero, sin duda, el salario es un factor de gran relevancia al momento de aprovechar el talento del empleado y generar un efecto económico en la sociedad. Si las empresas no tienen los recursos para pagarle bien a su fuerza laboral, no podrán optimizar el potencial de cada empleado.
En este sentido, es importante analizar cuáles son las expectativas salariales promedio de los recién graduados de cada país para saber por cuánto estarían dispuestos a ofrecer todo su potencial.
Al respecto, en un estudio hecho por Chris van Mossevelde, de la consultora en recursos humanos Universum, los recién graduados o “millenials” en Estados Unidos y Canadá tienen la demanda de salarios más alta en el continente para empleos como ingenieros, o para desempeñarse en las áreas de administración de negocios.
En Colombia, la expectativa salarial de los recién graduados es la más baja del continente, pues asciende solo a $ 10.931 dólares al año para empleos en el área de negocios y $ 12.324 para trabajos de ingeniería.
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