Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Juan David Oviedo afirma que el Gobierno no tiene la intención de analizar las exenciones tributarias que tienen las empresas.
El acercamiento de los contribuyentes con la Dian es complejo y la tarea de recaudo no es fácil.
La mayoría de los impuestos son indirectos, dedicados a bienes y servicios.
Juan David Oviedo Medina, asesor de finanzas públicas del Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana indica que en el primer presupuesto general de la nación, que se presentó durante el primer año de gobierno del presidente Iván Duque, había un déficit fiscal de 14 billones de pesos, motivo por el cual se creó la reforma tributaria.
«Lo más interesante de la reforma tributaria es que esta no sustituyó el déficit fiscal, sino que generó nuevas exenciones tributarias para los más ricos del país por el orden de 9 billones de pesos, y ya el déficit va en una cifra cercana a los 21 billones de pesos», indica Oviedo Medina.
Al analizar el segundo presupuesto presentado por el Gobierno, se observa un déficit en las cuentas de disposición de activos, donde se contaba con 8,5 billones de pesos, déficit que se iba a cubrir con enajenación de activos.
Oviedo indica que, en Colombia, en los dos últimos años, sin contar con la pandemia originada por el COVID-19, el país ha acumulado un déficit fiscal de más de 20 billones de pesos.
Respecto al esquema tributario, para él no cumple con los preceptos de eficiencia, equidad y progresividad, por lo que es un muy buen momento de analizarlo y darnos cuenta de cuál es el sistema tributario que tenemos.
Para este economista, quien hace veeduría y socialización del uso de los recursos públicos a nivel nacional en el Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, en Colombia la mayoría de los impuestos son indirectos, dedicados a bienes y servicios; luego están los impuestos a los ingresos y las ganancias, que son directos.
«De esta forma, el sistema tributario se acerca a la regresividad», dice Oviedo.
Para él, el punto más interesante es mirar la desigualdad antes y después de los impuestos.
En todos los países hay una brecha indicando cómo es la desigualdad antes y después de los tributos.
«En Colombia es el caso de la brecha más pequeña, y los impuestos no disminuyen la desigualdad en el país, lo que debería ser un escándalo. Lo que quiere decir que no hay una distribución de ingresos luego de la tributación», advierte.
Sobre si lo más ricos del país deben pagar más impuestos, opina que se debe trabajar en un esquema que sea más progresivo y que a quienes tengan más ingresos se les cobren más impuestos.
«Lo importante aquí es que se cumpla el principio de progresividad», opina.
Oviedo Medina explica que hoy por hoy no se sabe cuál es el valor que tienen las exenciones tributarias.
«El Gobierno nacional no tiene argumentos para decir cuál es la magnitud y el impacto de estas. No tenemos los mecanismos para conocer su alcance», afirma.
Sobre la Comisión de Expertos creada para este tema, explica que luego de que la Corte Constitucional declarara inexequible la reforma tributaria, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, dijo que la reforma tributaria presentada era la misma que se había caído.
Esto último no era cierto, ya que en esta segunda versión no estaba incluida la Comisión de Expertos que analizarían los beneficios tributarios.
«Queda en evidencia que el Gobierno nacional no tiene la intención de que se analicen las exenciones tributarias», explica Oviedo Medina.
Después de diversos debates de control, el ministro Carrasquilla adquirió el compromiso de avalar las proposiciones para la inclusión de esta comisión; sin embargo, no quedó como se había propuesto inicialmente, a saber, por académicos nacionales e internacionales independientes. Quedó conformada por funcionarios del Gobierno y expertos internacionales nombrados por este último, lo que indica claramente que no es independiente.
Oviedo Medina explica que el acercamiento que tienen los contribuyentes con la Dian es complejo y la tarea de recaudo no es fácil.
«Creo que se debe tener un cambio de mentalidad. Si los ciudadanos pensamos que el Gobierno se dedica a robarse los recursos, pues no hay incentivos para pagar impuestos, y eso se observa en las compras informales que se hacen, ocultando cuentas en declaración de renta, imponiendo deudas que no existen, o en cualquier tipo de truco», opina.
Para él, el Gobierno debe ser muy claro al momento de contarles a los ciudadanos en qué está invirtiendo los recursos. Y en este punto no se cuenta con dicha claridad.
«Por ejemplo, el Fome, fondo que se creó para atender la emergencia del COVID-19, el cual cuenta con unos 25 billones de pesos, no tiene cuentas claras. Se escuchan cifras en los medios de comunicación, pero no están registradas en documentos. Y por este tipo de situaciones es que los ciudadanos no pagan impuestos», dice.
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