María Fernanda Mejía, CP, y presidenta de MAC-JCI lamenta que los contadores no han logrado posicionar la profesión en el nivel que se merece, e invita a sus colegas a mantenerse a la vanguardia del conocimiento según las áreas en las cuales incursionen.
María Fernanda Mejía, presidenta de MAC-JCI, desde 1985 trabaja en dicha compañía. En aquel año comenzó en el área de auditoría interna y en el 2001 fue nombrada vicepresidencia financiera y administrativa. Desde cuando asumió la presidencia de la empresa, esta contadora pública ha llevado a la empresa a incursionar en mercados como Estados Unidos, Kuwait, Bolivia, Qatar, México y Arabia Saudita, entre otros.
Las universidades están haciendo un gran esfuerzo en el proceso de formación de los estudiantes de Contaduría. Ya hay varias facultades con Acreditación de Calidad, lo cual es muy importante para mejorar el nivel de los profesionales.
En el diario vivir encontramos contadores de todo talante, pero considero que cada día es más exigente el nivel profesional que se debe tener si se quiere tener éxito y eso hace que los profesionales tengamos que estudiar permanentemente y desarrollar nuevas competencias para dar respuesta a lo que se espera de nosotros. Muchos profesionales así lo han entendido.
Lamentablemente los contadores no hemos logrado posicionar nuestra profesión en el nivel que se merece y que tiene en otros países; lógicamente hay excepciones.
Ese peso depende mucho de las competencias personales y profesionales de quien ejerce el cargo de contador. El contador tiene mucho para aportar a la empresa teniendo en cuenta que su trabajo le permite tener un amplio nivel de conocimiento sobre el negocio, y del análisis de contexto, de la visión del negocio, de los indicadores de desempeño y de los resultados financieros obtenidos puede entregar no solamente una información financiera oportuna y confiable, sino también un análisis detallado del negocio como herramienta muy importante para la toma de decisiones.
Debemos sentirnos orgullosos de ser contadores, querer y respetar nuestra profesión. Tenemos el compromiso de lograr, con nuestro desempeño profesional y personal, posicionar la profesión en el lugar que se merece. Debemos mantenernos a la vanguardia del conocimiento en el área que escojamos para desempeñarnos; el mundo globalizado trae grandes retos y oportunidades y no podemos ser inferiores a ellos.
En general la actitud frente a las NIIF es positiva. Hay interés en capacitarse al respecto y hay conciencia de la urgencia de asumir este tema, tanto por la obligatoriedad legal, como por la necesidad de tener estándares de información financiera en un mundo globalizado, que permita hacer comparable la información a evaluar.