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Enseñanzas que deja el COVID-19 para el presente y futuro del sector salud


Enseñanzas que deja el COVID-19 para el presente y futuro del sector salud
Actualizado: 2 noviembre, 2020 (hace 3 años)

La pandemia ha influido en la ocupación y los ingresos de los trabajadores en el sector de la salud.

El sistema deberá asumir los retos derivados de la pandemia en términos de la demanda por más y mejores servicios.

Las EPS deberán presentar y radicar todas sus cuentas en el proceso de saneamiento.

De la mano del COVID-19, el sector de la salud a nivel nacional ha sorteado una serie de desafíos complejos, muchos de los cuales se han logrado vencer por el trabajo conjunto del Gobierno nacional y las autoridades regionales. Entre los resultados se destacan la adecuación del sistema y la transferencia de recursos extraordinarios para su fortalecimiento.

Sin embargo, quedaron al descubierto complejidades que ha enfrentado el sistema desde años atrás. Particularmente, el aumento en el gasto y la disminución relativa de las fuentes han configurado un equilibrio menos estable de las finanzas.

Adicionalmente, la pérdida de ingresos del sector y, en general, de la economía durante los meses de aislamiento seguramente aumentará la presión de gasto sobre el sistema. A estos factores se suman otros como la transición demográfica y el cambio tecnológico.

Sobre el panorama del sector salud nacional, Anif en su comentario económico del 23 de octubre de 2020, titulado Retos del sistema de salud en la post-pandemia, proyecta un gasto en el aseguramiento que se incrementaría en los próximos diez años a 6,6 % del PIB.

«Las sendas de gasto proyectadas podrían incrementarse hasta en 1 punto porcentual de manera permanente por los efectos del COVID-19», indica la entidad.

Impacto de la pandemia sobre los ingresos del sector salud

La pandemia ha provocado un efecto sobre la ocupación y los ingresos de los trabajadores en el sector. La priorización de la atención del COVID-19 y el desplome de la demanda de otros servicios golpeó los ingresos de los prestadores de servicios privados, que cayeron 9,8 % en julio, después de un registro promedio de -25,2 % entre abril y junio.

En julio la población ocupada en el sector presentó una caída de 1,3 % anual. Al analizar los registros administrativos de la Pila, se observa que esa disminución de la población ocupada se concentra en los servicios afectados por el aislamiento.

“La emergencia sanitaria y las medidas de aislamiento asociadas han impactado de forma negativa los ingresos de los prestadores y de los trabajadores del sector”

Por su parte, las actividades de atención hospitalaria con internación registraron un leve incremento, consistente con la prioridad que se le dio a los casos sospechosos y confirmados de COVID-19.

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La emergencia sanitaria y las medidas de aislamiento asociadas han impactado de forma negativa los ingresos de los prestadores y de los trabajadores del sector.

«El sistema deberá asumir los retos que se deriven de la pandemia en términos de la demanda por más y mejores servicios. A medida que se vaya aplanando la curva de contagios y la economía se reactive, a la demanda represada por servicios privados de salud se le sumarán los problemas de salud mental asociados al aislamiento y la incertidumbre de los últimos meses», afirma Anif.

Avanzar en la implementación del Acuerdo de Punto Final

En cuanto a los retos del sistema de salud, en el corto plazo, es necesario avanzar en la implementación del Acuerdo de Punto Final. En este punto, para dinamizar el flujo de liquidez a las IPS y de los trabajadores de la salud, es clave:

  • Que las EPS se presenten y radiquen todas sus cuentas en el proceso de saneamiento.
  • Agilizar el giro de los recursos con base en los procedimientos establecidos por el Ministerio de Salud y Protección Social y la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud –Adres–.
  • Instaurar mecanismos de pago para el saneamiento financiero y contable de todos los agentes de la cadena que reciban los recursos.
  • Establecer condiciones y acciones adicionales para los participantes del sistema que eviten que esta problemática se repita en el futuro.

«En el mediano plazo, se espera que continúe la tendencia creciente en el gasto, por cuenta de elementos que generarán mayor presión. La necesidad de atender los servicios represados durante la pandemia demandará más recursos físicos y humanos, así como financieros, dada la caída en las fuentes de financiación, como las cotizaciones y los aportes de las entidades territoriales», aconseja Anif.

Finalmente, en el largo plazo, el envejecimiento de la población asociado a la transición demográfica, el creciente cambio tecnológico y el aumento natural en la demanda de servicios sanitarios encarecerán la provisión de los servicios de salud.

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