Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Esa es la conclusión de Claudia Marcela Camargo directora de impuestos de BDO y Roberto Rave especialista en negocios internacionales y comercio exterior. Reducciones a las cargas impositivas de las empresas sería un sinónimo de impulso económico y generador de empleo.
Aligerar la carga impositiva que tienen las empresas en Colombia es uno de los objetivos que tiene Iván Duque cuando presente, el próximo 7 de agosto, la nueva reforma tributaria. De esta forma se busca que las organizaciones generen más empleo, que exista mayor competitividad, y así impulsar el desarrollo de Colombia.
Según el informe Paying taxes 2018, realizado por el Banco Mundial y la consultora PricewaterhouseCoopers –PWC–, la tasa total de impuestos y contribuciones que pagan las empresas en Colombia está en 69,8 %, repartidos así: un 22,2 % recaen directo sobre las ganancias; 18,6 % están ligados a impuestos laborales y 29 % por otros impuestos. En esa carga se incluyen 12 pagos que las empresas realizan al año, entre los que más pesan los de renta (16,3 %); industria y comercio ICA (19,5 %) y contribuciones a la seguridad social (14,12 %).
Al respecto, Carlos Mario Lafaurie, director de impuestos de PWC, precisa en El Tiempo, que «la medición parte de una empresa tipo, no refleja algunas reducciones que expone el portal Gobierno en Línea, entre las que se destacan la rebaja de impuestos a la nómina o parafiscales, desde el 29,5 % en 2012 a 16 % en 2018; disminución del impuesto de renta del 40 %, a 34 % en este año y a 33 % en el próximo».
Claudia Marcela Camargo, directora de impuestos de la consultora BDO, afirma en entrevista con Actualícese, que la carga tributaria para las empresas en Colombia es una de las más altas de la región, lo que sin duda afecta la inversión y la competitividad. «Se logran reducciones, pero no estables, lo cual, genera inseguridad jurídica frente a las inversiones», afirma.
«Creo que una reducción en los impuestos a las empresas, debe ir acompañada de otros proyectos que generen el dinero que se requiere. Se debe seguir luchando contra la evasión y el contrabando, así como mejorar los planes de fiscalización, pero no contra las compañías que pagan sino aquellas que no lo hacen y que nunca han estado en la lupa de las autoridades tributarias», opina Camargo.
Roberto Rave, politólogo especialista en negocios internacionales y comercio exterior, explica en entrevista con Actualícese, que según el índice Doing Bussines del Banco Mundial, Colombia es uno de los países con más carga tributaria en el mundo. Además, su inestabilidad representa una amenaza para cualquier empresario.
«Nuestra economía y aparato tributario aduce más a la evasión que a los incentivos, y es por esto que una reducción de la carga impositiva reflejaría inmediatamente un impulso a la economía y con ella al empleo. Estados Unidos es el reflejo de esto, pues en los pasados meses el presidente Trump redujo los impuestos corporativos del 35 % al 21 %, resultando esto en un aumento en el empleo y en los salarios respectivamente», dice Rave.
El exdirector de la Dian, Horacio Ayala, afirma que hoy el momento es crítico para las finanzas, porque todavía se sienten los efectos de la crisis del petróleo, por tal motivo no es conveniente reducir la tributación, mientras no existan fuentes confiables para reemplazar los ingresos del Estado.
«Por otra parte, es importante tener en cuenta que, en materia de impuestos de período, los impactos no se producen de manera inmediata. En mi criterio, no existe mucho margen para incrementar los impuestos a las personas naturales, después de los impactos de la reforma tributaria de 2016. Además, los incrementos en los ingresos por este concepto no pueden ser muy ambiciosos, debido a la escasa capacidad de tributación de los trabajadores y los elevados índices de informalidad», afirma.
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