Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Esa gran mayoría trabaja como todos los demás, procurando el beneficio de sus clientes – Hernando Bermúdez Gómez


En las democracias es muy importante comprender el poder de las minorías. Estas suelen gobernar mientras las mayorías duermen. Tal como sucede en el escenario de los partidos y grupos políticos, la mayoría de los profesionales contables no pertenece activamente a alguna agremiación.

Las minorías contables han dado un espectáculo de muy mal gusto, porque han cruzado la barrera de las buenas maneras y de los argumentos, para adentrarse en estrategias retóricas que despiertan aplausos pero que, luego de casi 40 años, han demostrado que no dan frutos.

Es muy comprensible que los contadores no quieran agremiarse para verse inmiscuidos en las discusiones de la minoría. Todos los proyectos de colegiatura quieren hacerse los ciegos y pasar por alto este detalle. No es con la fuerza, ni, mucho menos, con el sometimiento a algunos, que se lograrán acuerdos, consensos, sobre las cuestiones fundamentales del ejercicio de la profesión.

Repetimos: unidad no es unanimismo. Según León Roldos, “(…) “Unanimismo” no es una palabreja. Su significado es relativo a la pretensión de la unanimidad o de que un solo criterio rija en un país o en una sociedad. ¿Será compatible con la democracia? (…)”.

No podemos definir la democracia como el modelo en el cual la mayoría apabulla a las minorías, las silencia y las destruye. Por el contrario, si en algún modelo hay respeto por todos y tratamiento igual ante la ley, es en la democracia.

Nosotros debemos girar y enfocar nuestros esfuerzos de investigación hacia la mayoría anónima, que seguramente querrá mantenerse detrás del telón.

Hay de todo. Creer que  los cercanos a las instituciones de educación superior, o a las agremiaciones, o las entidades prestadoras de servicios de formación son lo únicos que se mantienen al día, es un error. Sabemos de muchos cuyas empresas les han ayudado a obtener altos niveles de preparación, mayores y mejores que los que se ofrecen dentro de nuestras fronteras.

Esa gran mayoría, 4 veces mayor que las minorías, trabaja como todos los demás procurando el beneficio de sus clientes. El Estado pretende que los contadores traicionen a sus clientes. Si quiere ser eficaz en esto, tendrá que contratar a los contadores. En los tiempos en que la imagen del Estado era la de todo lo bueno, la del mejor defensor del bien común, era aceptable semejante pretensión. Pero eso ya pasó. Hoy los estados son percibidos como una parte más del andamiaje social, lamentablemente con altísimos niveles de corrupción en todo el mundo, pues, sin duda alguna, el poder político y el dinero corroen al hombre al embarcarlo en un egoísmo creciente y en una general relatividad que deja sin efecto los valores. Los contadores están todo el día en el mundo del dinero, expuestos al criterio según el cual la utilidad para los socios es más importante que cualquier otra cosa. Necesitan estar muy bien vacunados para no enfermarse.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 3454, abril 2 de 2018

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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