Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El estado de situación financiera de apertura –ESFA– inicia o abre el primer período bajo Estándares Internacionales, es el balance en el cual se ajustan o reclasifican activos, pasivos y patrimonio para pasar de un cierre bajo norma local a una contabilidad bajo Estándares Internacionales.
Del mismo modo, podemos decir que el ESFA es el punto de partida de la transición a Estándares Internacionales en el cual se toman los saldos de activos, pasivos y patrimonio del balance general al cierre del período (31 de diciembre) y se reexpresan, ajustan o reclasifican, para posteriormente proceder a corregir los errores que resulten de ese proceso y elaborar todas las revelaciones que solicitan la NIC 1 y la sección 35 de adopción por primera vez. (Tener en cuenta las modificaciones realizadas al ET a través de artículo 123 de la Ley 1819 de 2016).
Es necesario traer a colación que las empresas clasificadas en el grupo 1 y el grupo 3 tuvieron que elaborar el ESFA al corte del 01 de enero de 2014 y las Pymes clasificadas en el grupo 2 al corte de enero de 2015.
Lo primero que se debe hacer es evaluar los impactos que acarrea para la empresa adoptar los Estándares Internacionales por primera vez, establecer la diferencia entre las políticas actuales y las políticas que debe generar para el reconocimiento, medición y revelación de los diferentes elementos de los estados financieros bajo Estándares Internacionales, y a la luz de estas diferencias evaluar los impactos y redactar un documento de políticas contables.
También es importante considerar si el software contable que maneja la empresa es compatible con la información bajo Estándares Internacionales y si se deben realizar ajustes en la plataforma para realizar los requerimientos al proveedor de esta herramienta.
Para finalizar, cabe anotar que el ESFA no es un estado financiero y por lo tanto no tiene que ser certificado ni dictaminado, pero si se debe conservar, al igual que los soportes de las reclasificaciones, correcciones y demás cambios realizados en el proceso de su elaboración y las políticas contables definidas por la empresa.
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