Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
La facturación electrónica en el país ha logrado en menos de año y medio, cifras astronómicas, aun cuando esta todavía no es obligatoria para todos los contribuyentes.
Según datos de la Dian, desde el 1 de marzo del 2017, cuando se empezaron a expedir, se han facturado ventas por 56,23 billones de pesos (con corte al 16 de julio pasado), de los cuales casi 14 billones de pesos se realizaron en el 2017 y los más de 40 billones de pesos restantes en lo que va corrido del 2018.
La cifra total, que es casi una cuarta parte de todo el Presupuesto General de la Nación para el 2018, corresponde a compras que quedaron plasmadas en más de 4 millones de facturas electrónicas, lo que –de paso– les ha generado un ahorro monumental de recursos a los contribuyentes que ya le han ‘metido la ficha’.
“El costo actual del ciclo de una factura es de 0,88 centavos de dólar, unos $2.663, valor que se reducirá a 0,18 centavos de dólar, una vez esté masificada, lo que equivale a unos $540, lo cual representa un 80 % de ahorro”, dice María Pierina González, directora de gestión de fiscalización de la Dian, en una columna de opinión de la revista de Analdex.
Fuente: Portafolio.
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