Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Una firma digital o electrónica es un valor numérico que se encuentra asociado a un suscriptor. De este modo, cuando el usuario firma (al introducir la clave asignada) el documento electrónico, lo que permite inferir dicho acto es que el documento inicial no ha sido modificado después de introducida la firma, permitiendo garantizar la identidad del firmante y la integridad del texto o mensaje enviado.
En este sentido, la firma digital garantiza la autenticidad de la identidad de quien emite el mensaje, además de que sirve como aval de que el mensaje del documento no ha sido alterado entre el momento del envío y la recepción; así mismo, indica que no se puede negar el contenido del mensaje ni por parte del emisor ni del receptor.
Es de tener en cuenta que la firma digital sustituye para todos los efectos a la firma autógrafa, que es susceptible de ser verificada y está bajo el control exclusivo de quien la usa.
Así, la DIAN ha creado el mecanismo digital de la DIAN de certificación y firma digital con el propósito de facilitar la presentación virtual de aquellos documentos inherentes a los trámites a realizar con la entidad, y que se pueden efectuar a través de medios electrónicos. En otras palabras, dicho mecanismo permite cumplir algunas obligaciones que se pueden realizar haciendo uso de los servicios informáticos electrónicos de la DIAN.
De este modo, los suscriptores de dicho mecanismo (considerados como tales aquellas personas naturales que actúen a nombre propio y/o que representen a otra persona natural o jurídica, o actúen para la misma), podrán adelantar trámites ante la DIAN haciendo uso de la firma digital, con lo cual se presume que el usuario tiene la intención de acreditar el mensaje que está firmando.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
