Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
* Foto tomada de Semana
José Manuel Restrepo, economista y rector de la Universidad del Rosario, afirma que más personas se deben vincular a la base tributaria de la Nación, para recaudar los recursos que el país necesita, sin importar que sean de clase alta, media o baja, en la medida de la capacidad de pago de cada uno de ellos.
Para José Manuel Restrepo, economista de la Universidad del Rosario y con maestría en Economía de la Universidad de Londres, la realidad fiscal que vivimos actualmente hace que sea necesaria una Reforma Tributaria Estructural, ya que contamos con un sistema tributario que es una colcha de retazos.
Restrepo trabajó en las Comisiones Económicas del Congreso de la República y se desempeñó como consejero de la Sala de Instituciones de la Comisión Nacional de Aseguramiento de la Calidad de Educación Superior –Conaces– y fue rector de la Fundación Universitaria Empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá, asesor del Icfes y del Consejo Nacional de Acreditación de Educación Superior.
Colombia requiere con urgencia de una Reforma Tributaria Estructural. La realidad fiscal que vivimos actualmente hace que sea necesaria, ya que contamos con un sistema tributario que es una colcha de retazos. Hay que revisar la cantidad de veces que se ha cambiado el Estatuto Tributario, para ver que cada dos años se viene modificando, y esto está generando una ‘maraña’ jurídica de artículos que pueden ser contradictorios entre sí y que justamente son los causantes de tanta evasión y elusión en el tema de impuestos.
La Comisión no hará la Reforma Tributaria, sino que entregará sugerencias, y será el Gobierno el encargado de ponerla, o no, en marcha. Recientemente el Ministro de Hacienda dijo que había que pensar en unos ajustes menores, pero desde mi punto de vista lo que el país necesita son ajustes tributarios mayores, y la Reforma Tributaria Estructural debería ser la encargada para que exista una estabilidad fiscal.
Hay que reconocer la dimensión del tema. La evasión está asociada a la informalidad empresarial y fiscal, que hace que buena parte de las personas no tribute. Lo que esto significa es que al ver las estadísticas, se encuentra un país donde, respecto al PIB, se tributa muy poco, pero los que lo hacen proporcionalmente lo hacen mucho más respecto a sus colegas en el mundo. Significa que Colombia es un país donde muy pocos asumen la carga de la mayoría, que finalmente no tributan.
Hay que trabajar en la tecnificación y modernización de la DIAN, darle herramientas efectivas para que luche contra la evasión. Fortalecer el tema de sanciones, mejorar los sistemas de información y aumentar los controles.
La Reforma Tributaria Estructural debe ser contundente y no permitir que se generen normas contradictorias, que son fuente de la evasión.
De igual manera, se deben estudiar las entidades sin ánimo de lucro, porque así como hay unas que cumplen con sus funciones sociales, hay otras que son fachadas para evadir impuestos. Este es un tema muy delicado.
Finalmente, hay que insistir en el tema de la formalización porque este es un camino necesario para disminuir los niveles de evasión en el país.
Pienso que hay una sobreingeniería tributaria que insta a que nos inventemos normas y modalidades de orden tributario que hacen que el sistema se vuelva complejo. Esa cantidad de instrumentos que terminan siendo más de lo mismo, generan confusión.
Colombia cuenta con una cantidad de impuestos no tradicionales que hacen que el régimen tributario sea complejo para los contribuyentes, y difícil de cumplir, y se genera una carga tributaria muy alta.
Algunos de estos impuestos cuentan con varias tarifas y esto hace que el recaudo sea complicado, como por ejemplo ocurre con el IVA. Finalmente, hay una ‘maraña’ de beneficios tributarios que impiden que la base sea grande para que el recaudo aumente.
La realidad es que la evasión está asociada al exceso de impuestos, de tarifas y al régimen de beneficios de estos.
Las penas frente a la evasión son tendencia en el mundo. Sin embargo, en un sistema tributario complejo como el nuestro, esa es una razón para que la clase política no se comprometa con este debate. Cuando en el tema fiscal las reglas del juego sean claras, se debe retomar este debate. Es necesario buscar mecanismos para quienes le hagan el quite a los impuestos. Y que la norma penal sea clara en el sentido de asegurar a quién castiga con cárcel y a quién no.
La realidad es que la penúltima Reforma Tributaria terminaron pagándola los trabajadores, en la anterior fueron los empresarios, y ya es hora que en esta le toca al resto de la sociedad. Y en este punto, la modificación a la tarifa del IVA es necesaria.
ANIF dice que el recaudo hoy es del 4,9% del PIB del IVA lo que es muy bajo comparado con el resto de América Latina. Hay margen de maniobra para subir el IVA, pero hay que buscar un mecanismo para que parte de ese incremento sea aplicado a proyectos en beneficio de las clases menos favorecidas o disminuir ciertas exenciones, de tal manera que no se vea un sistema regresivo.
Los que pagan en el país son los que se han formalizado, pero son muy pocos, y están pagando demasiados impuestos, independientemente de su clase social.
Creo que es necesario diseñar estrategias que busquen progresividad en la aplicación de las tarifas impositivas y aquí hay que tener cuidado en la forma como se vayan a aplicar las tarifas en lo adelante. Las exenciones tributarias continúan generando una serie de beneficios a quien no deberían.
Y lo más importante de todo es que más personas se deben vincular a la base tributaria de la Nación, para recaudar los recursos que el país necesita.
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