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Habilidades blandas para contadores: ¿reto educativo para las universidades?


Habilidades blandas para contadores: ¿reto educativo para las universidades?
Actualizado: 9 marzo, 2022 (hace 2 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • ¿Es posible "enseñar" o transferir las habilidades blandas en las universidades?
  • ¿El desarrollo de habilidades blandas es responsabilidad exclusiva de la educación universitaria?
  • Fortalecimiento del pensamiento argumentado

Mary Analí Vera afirma que las habilidades blandas no se enseñan, sino que se promueven a través de los estudios universitarios.

Trabajo en equipo, creatividad, manejo de conflictos, empatía, pensamiento crítico, pueden involucrarse como actividades de aprendizaje para alcanzar el grado profesional.

Para Mary Analí Vera Colina, profesora asociada de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, directora del Grupo de Estudios Interdisciplinarios sobre Gestión y Contabilidad, sería importante superar la denominación de habilidades blandas, en contraposición a las habilidades duras o de alcance técnico:

No es una visión que yo esté proponiendo porque varios autores vienen discutiendo esta definición hace un tiempo, proponiendo llamarlas, por ejemplo, habilidades humanas o habilidades sociales. Esto no solo es válido para profesionales contables, sino para cualquiera que tenga interacción con personas en nuestra dimensión como seres sociales.

¿Es posible «enseñar» o transferir las habilidades blandas en las universidades?

Vara Colina afirma que la dimensión universitaria no es homogénea y no tiene que serlo. No generaliza el rol de las universidades de manera única y uniforme porque cada institución tiene sus particularidades, contextos, perfiles de ingreso y egreso.

Sobre esas «habilidades humanas», creo que no se trata de enseñar sino de promover o fortalecer su desarrollo, en el marco de la formación integral y el crecimiento personal que debe experimentar el futuro profesional en sus estudios universitarios, tanto de pregrado como de posgrado, e inclusive en programas de actualización o educación continuada.

Esto no significa necesariamente crear cursos o asignaturas con ese propósito, ya que son habilidades o comportamientos que deberían promoverse simultáneamente al trabajar los contenidos disciplinares.

El desarrollo de las habilidades relacionadas con el trabajo en equipo, comunicación, creatividad, solución de problemas, manejo de conflictos, empatía, pensamiento crítico, entre otras, pueden involucrarse en las actividades de aprendizaje requeridas para alcanzar el grado profesional, reiterando que no las percibo como acciones separadas.

¿El desarrollo de habilidades blandas es responsabilidad exclusiva de la educación universitaria?

En este punto Vera Colina se pregunta: ¿el desarrollo de estas habilidades es responsabilidad exclusiva de la educación universitaria o deben promoverse desde la educación básica y continuar durante la vida profesional y organizacional?

Varios expertos han recomendado la importancia de promover tales «habilidades humanas» desde edades tempranas como comportamientos deseables en cualquier persona que forma parte de una colectividad.

Sin embargo, con frecuencia observamos que los estudiantes inician su fase universitaria con un desarrollo limitado de tales comportamientos que es necesario fortalecer en algún momento de su formación integral como profesionales, pero especialmente como personas y actores sociales.

“el desarrollo de estas habilidades no finaliza con el grado universitario, sino que debe seguir su desarrollo continuo en las esferas organizacionales”

Adicionalmente, el desarrollo de estas habilidades no finaliza con el grado universitario, sino que debe seguir su desarrollo continuo en las esferas organizacionales.

Al conversar con egresados y líderes organizacionales, comenta ella, es frecuente evidenciar la percepción de que la formación universitaria queda incompleta si no se ha alcanzado un desarrollo «ideal» de estos comportamientos.

Sin duda, las universidades aportan a su consolidación, pero puede ser errado afirmar que es la única etapa en la que deben promoverse, ya que deberían considerarse como parte del crecimiento personal continuo.

Un profesional puede completar su grado universitario en cinco años, luego de alcanzar el nivel esperado de conocimientos disciplinares y habilidades, pero su dimensión laboral puede extenderse por 30 años o más, como independiente o como parte de organizaciones privadas o públicas. Es necesario preguntarse cuál es el rol de las organizaciones en el desarrollo de las habilidades que le exigen a sus empleados, a sus líderes o a sus asesores.

Fortalecimiento del pensamiento argumentado

En cuanto al desarrollo de estas habilidades humanas o sociales, uno de los principales retos es el fortalecimiento del pensamiento crítico o «pensamiento argumentado», como prefiere ella llamarlo:

Con frecuencia vemos profesionales que se limitan a repetir las ideas o propuestas de otras personas con diferentes trayectorias y tendencias teóricas, sin llegar a indagar sobre mayor información que sustente tales discursos o actuaciones, contrastar sus ventajas y desventajas, identificar intentos de manipulación y proyectar sus consecuencias.

Para ella, no siempre se logra la suficiente autonomía para avanzar en la comprensión de los problemas y aportar soluciones viables para cada contexto y la aplicación de habilidades basadas en pensamiento crítico son primordiales para estos propósitos. ¿Esto se puede «enseñar» en las universidades? Respondería que se pueden desarrollar estrategias que lo promuevan activamente y superar la repetición.

Otro aspecto clave a destacar en esta formación continua es el desarrollo sobresaliente de la ética o comportamiento profesional que deben manifestar contadoras y contadores en su ejercicio permanente.

Sin una debida comprensión de los principios éticos de la profesión y su importancia para el otorgamiento de la fe pública en cada actuación, el perfil del contador estaría incompleto y no podría cumplir su labor en forma eficaz.

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