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Hay casi dos millones de colombianos que se están estrenando en el sistema financiero nacional


Hay casi dos millones de colombianos que se están estrenando en el sistema financiero nacional
Actualizado: 17 julio, 2014 (hace 10 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • Bancarización todavía no le gana la batalla al efectivo en el bolsillo de los colombianos
  • Dinero en mano
  • Uso excesivo de efectivo... un daño
  • Crédito informal sigue de moda

El año pasado un total de 1’872.482 colombianos accedieron por primera vez al sistema financiero. En los últimos cuatro años, las cuentas de ahorro han mostrado un crecimiento de 7,4%, lo que equivale a un promedio de tres millones de cuentas nuevas por año, sumando un total de 51,2 millones al cierre del 2013.

La Superintendencia Financiera de Colombia y el programa Banca de las Oportunidades presentaron el Reporte de Inclusión Financiera 2013, en el que se recopila la información de los principales indicadores de acceso y uso de los productos y servicios financieros en el país.

Durante el 2013 un total de 1’872.482 colombianos accedieron por primera vez al sistema financiero. Al cierre de 2013 cerca del 70% de la población adulta tenía al menos una cuenta de ahorros.

En los últimos cuatro años, las cuentas de ahorro han mostrado un crecimiento de 7,4%, lo que equivale a un promedio de tres millones de cuentas nuevas por año, sumando un total de 51,2 millones al cierre del 2013.

Vale la pena mencionar que el 51% de éstas no registró actividad en los últimos seis meses, lo que pone de manifiesto la necesidad de lograr que las entidades financieras diseñen productos de ahorro innovadores o generen los incentivos adecuados para que los consumidores financieros optimicen el uso de las cuentas de ahorro.

Al cierre del 2013 el saldo de las cuentas de ahorro ascendió a 131,5 billones de pesos, equivalente a una variación real anual de 15,9 por ciento. Cerca del 94 por ciento de las cuentas ahorro tenían un saldo inferior a cinco SMMLV ($3’080.000).

El segundo producto que utilizaron los colombianos para su vinculación al sistema fue el crédito. Al cierre de 2013 la cartera de créditos de los establecimientos de crédito vigilados por la Superintendencia Financiera, las cooperativas vigiladas por la Superintendencia de Economía Solidaria y las ONG ascendió a 297,4 billones de pesos, lo que representó un crecimiento real anual de 13 por ciento.

El microcrédito cerró el año con un saldo de 11 billones de pesos lo que representó un crecimiento real anual de 15 por ciento, del cual el 71 por ciento fue originado en los bancos, seguidos de las ONG con un 17,4 por ciento y las Cooperativas SES con un 7,5 por ciento.

Bancarización todavía no le gana la batalla al efectivo en el bolsillo de los colombianos

Como lo publica El Tiempo, María Mercedes Cuéllar, presidenta de Asobancaria, dice que hoy se maneja tanto dinero en efectivo como hace 70 años, al contrario de lo que ocurre en economías similares o más desarrolladas. En Chile, por ejemplo, la preferencia por el efectivo es del 20%; en Japón alcanza el 14%; en Corea del Sur es del 10% y en el Reino Unido y Suecia, del 5%. En Colombia la cifra llega al 48%.

Aunque la bancarización en Colombia ya llegó al 70%, los colombianos todavía prefieren tener la plata en el bolsillo. El desarrollo de canales electrónicos tampoco es impedimento para tener el dinero en físico.

Esta tendencia es más marcada en la población de menos ingresos. Estas personas no solo prefieren hacer compras y pagos en dinero ‘contante y sonante’, sino también ahorrar en alcancías, cadenas de amigos o familiares, y hasta tener la plata debajo del colchón.

Dinero en mano

Mientras más bajos son los ingresos de las familias en Colombia, mayor es el gusto por tener el dinero en la mano, una tendencia que crece con el paso de los años y es más fuerte en la población que vive en el campo. Eso es lo que muestra la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes.

El estudio, que consultó a cerca de 9.300 hogares de los estratos uno, dos, tres y cuatro, muestra que la preferencia por el ahorro en efectivo pasó de 8,7 a 10,1% en el estrato uno, entre el 2012 y el 2013, mientras que en el cuatro disminuyó de 4 a 2,5% en el mismo periodo. En este último hay una mayor inclinación al ahorro formal, es decir, en los bancos y otras entidades financieras: 24,6% de las respuestas, frente a solo el 1,5% manifestado en las familias del estrato uno. Para quienes habitan en las zonas rurales, indica la encuesta, el ahorro en efectivo pasó de 7 a 10,7% entre el 2012 y el 2013.

Aunque los banqueros sostienen que las tradiciones son la principal razón por la que los colombianos transan más en efectivo que con otros medios, los estudios muestran que la imposición del 4 por 1.000 a las operaciones financieras es un obstáculo significativo.

Sin embargo, esa no es la causa número uno de que las personas de ingresos más bajos prescindan de la banca a la hora de ahorrar, de acuerdo con la investigación. Para esas familias, tanto las que viven en las ciudades como las que habitan las zonas rurales, no contar con los recursos suficientes es el principal motivo para recurrir a alcancías u otras alternativas, y no a la banca.

También pesan mucho en esa decisión las cuotas de manejo y las comisiones, que consideran demasiado altas; la baja rentabilidad, que reconocen las propias entidades financieras, y la falta de confianza en estas. El 4 por 1.000 es la sexta razón que más los frena.

Uso excesivo de efectivo… un daño

Santiago Perdomo, presidente de Multibanca Colpatria, manifiesta en Portafolio que está convencido del daño que le hace a la economía nacional el uso excesivo del efectivo. “Si tuviéramos un país con menor preferencia por el efectivo, tendríamos una economía más formal, en la que el colombiano de a pie hará transacciones más seguras y eficientes, con costos más bajos, en menor tiempo. Reduciendo 20 puntos porcentuales el efectivo, Colombia podría incrementar su PIB medio punto porcentual”, sostiene.

Se estima que los recursos que están moviendo en efectivo los negocios ilícitos representan el 5,6% del PIB colombiano, así que reducir el dinero circulante es también cerrarle el paso a la delincuencia, concluye el banquero.

Crédito informal sigue de moda

La informalidad de las familias colombianas de bajos ingresos también se evidencia en cómo obtienen financiación. En los hogares situados en zonas rurales se acude con frecuencia a la familia, amigos, al tendero, al ‘gota a gota’ y hasta al empleador cuando necesitan dinero extra para atender algunas necesidades.

El año pasado esto fue más evidente en las zonas Atlántica Media y Centro-Oriente, donde el 30 y el 20% de los consultados no tuvieron otra alternativa.

Las que viven en las áreas urbanas acudieron más a la banca, pero se observa que cada día son más las familias que usan el crédito informal.

Independientemente de la fuente de financiación, lo relevante es que estos hogares están utilizando los recursos obtenidos fundamentalmente para cubrir necesidades básicas como comprar comida y ropa e, incluso, para cancelar otras deudas.

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