Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Impuesto a las bebidas azucaradas, ¿necesario en nuestro país?


Impuesto a las bebidas azucaradas, ¿necesario en nuestro país?
Actualizado: 24 noviembre, 2015 (hace 8 años)

La medida pasa por un tema de recaudo de impuesto o de salud. Esa es la cuestión. Aumentar el IVA a las bebidas azucaradas, ¿reduciría la tasa de obesidad y de muertes por diabetes? Hay posiciones encontradas al respecto.

A finales del mes de julio del año en curso, el ministro de Salud Alejandro Gaviria formuló tres propuestas para aumentar el recaudo de impuestos. La primera, revisar la elusión de aportes que hacen los trabajadores independientes al sistema de salud. La segunda, aumentar el valor mensual de la cotización al sistema de salud, a todo trabajador que devengue más de cuatro salarios mínimos; para recaudar 0,34 billones de pesos.

“Colombia cuenta con 2,2 millones de adultos con diabetes, lo que la convierte en el segundo país de América Latina con más personas entre 20 y 79 años padeciendo la enfermedad.”

Y la tercera, que originó muchos comentarios, aumentar el impuesto a las bebidas azucaradas lo que generaría un aumento en el recaudo, del orden de 1,89 billones de pesos. Desde el Ministerio de Salud esta iniciativa redundaría en beneficios para la salud pública, ya que desestimularía el consumo excesivo de estas bebidas.

Colombia cuenta con 2,2 millones de adultos con diabetes, lo que la convierte en el segundo país de América Latina con más personas entre 20 y 79 años padeciendo la enfermedad. En toda la región hay 25 millones de personas diagnosticadas.

Según la Federación Internacional de Diabetes, para el año 2035 existirán en Latinoamérica 38 millones de diabéticos y en el mundo se podrían añadir hasta 205 millones de nuevos afectados. Se estima que 1 de cada 12 adultos la padece, y sus complicaciones a largo plazo pueden llevar a incapacidad permanente o incluso la muerte.

Como lo publica Dinero, aunque la propuesta del Ministro de Salud tiene fundamentos económicos y de salud pública, estos últimos son los que deberían pesar. Así lo expresa el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, en una entrevista realizada por W Radio: “El tema de impuestos a bebidas azucaradas es más por salud que por temas fiscales. Ese impuesto hay que mirarlo con el lente de la salud pública y no con criterio fiscalista”.

Gaviria afirma que los impuestos a estos productos se fueron convirtiendo en parte de la respuesta que algunos gobiernos han considerado para enfrentar el creciente consumo, que contribuye al aumento de peso y el desarrollo de diabetes en la población. Añade que “las bebidas azucaradas aportan casi la mitad del consumo diario de azúcar entre la población. La ingesta de las mismas es más alta en los jóvenes latinos que el promedio general”.

Impuestos vs. salud

El 7 de septiembre se realizó una audiencia pública en el Congreso de la República liderada por Claudia López, Angélica Lozano y María Fernanda Rojas, donde se discutieron mecanismos que podría implementar el Estado para disminuir la obesidad en el país. Para lograrlo, ellas proponen fijar un IVA del 20% para todas las bebidas azucaradas que se comercialicen en el territorio nacional.

Es el objetivo de este aumento, desde el punto de vista de las congresistas, que el impuesto reduzca tanto la tasa de obesidad como las muertes por enfermedad cardiovascular. También, aseguran que el impuesto recaudará más recursos para financiar programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

Sin embargo, como lo publica esblog.panampost.com, ambos argumentos son equivocados. Primero, la obesidad no se genera a partir del consumo de un determinado tipo de alimento, sino por la ingesta de un mayor número de calorías de las que se queman diariamente. Una persona sedentaria, aun si no consume un porcentaje importante de calorías en su dieta, puede aumentar de peso.

A la vez, los impuestos sobre las bebidas azucaradas, incluso los más elevados –entre 10% y 20%–, tienen un impacto marginal sobre el total de la ingesta de calorías. Algunos estudios han proyectado una disminución en la ingesta diaria de tan solo 9 calorías. Otros han evidenciado una reducción incluso menor. Un consumidor puede reemplazar las bebidas gaseosas por otras bebidas que ya tenían impuesto previamente, y que contienen una proporción similar de calorías, como las bebidas en polvo, jugos, néctares, etc.

Por otra parte, Health Economics publicó en septiembre del 2014 “The effects of taxing sugar-sweetened beverages across different income groups”, informe donde se afirma que con los impuestos las personas podrían perder hasta 3,2 Kg, pero terminaría siendo un impuesto regresivo afectando más a las personas de bajos ingresos.

Luego, la misma publicación en mayo del 2015 dio a conocer un segundo documento sobre los efectos de gravar los refrescos en el Reino Unido, donde encontró que es necesario evaluar el consumo de los productos sustitutos para garantizar el éxito del impuesto.

Sergio Prada, investigador sénior y profesor del Departamento de Economía de la Universidad Icesi, afirma en Dinero que “en contra del impuesto tiene lógica el argumento según el cual el impuesto debe ser al insumo el azúcar y no al producto la bebida azucarada para no ir en contra de una industria en particular”. Incluso al ser por temas de salud, el problema no está en el consumo de azúcar, sino en su exceso, continúa el investigador.

Para Prada, “es un impuesto fácil de recaudar y por ende esos recursos pueden usarse rápidamente para financiar campañas de promoción y prevención”.

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