La «Guía práctica para la elaboración del estado de situación financiera de apertura de las pymes”, que elaboró la Superintendencia de Sociedades en el 2014, incluyó una lista de 20 pasos clave para llevar a buen término dicha labor; el último punto se refiere a la elaboración de un informe de conversión, cuya preparación requiere de varios puntos a tener en cuenta.
En primera instancia es fundamental que el preparador de la información se encuentre plenamente capacitado sobre los temas que conciernen a los Estándares Internacionales de Información Financiera. En segunda instancia, se debe verificar el conocimiento de la entidad sobre la cual se preparan los estados financieros.
El siguiente paso atiende la indicación de la norma de medir los activos y pasivos según las políticas contables internas, las cuales han debido ser preparadas en total congruencia con los requerimientos del Estándar Internacional; tal medición se realiza como si toda la vida se hubiera aplicado el nuevo marco normativo y en este punto la documentación soporte depende de la partida sobre la que se trabaja:
En síntesis, la consolidación del informe de conversión dependerá del tipo de entidad que se maneje y los documentos soportes seleccionados para respaldar cada una de las transacciones que se ejecutan. En todo caso, este informe es el respaldo oficial de la convergencia y, por tanto, además del ESFA y los respectivos informes y estados financieros, debe incluir absolutamente toda la documentación soporte de las cifras contenidas.