Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Innovar más, pero ¿cómo?


Sí, en Colombia es poco lo que innovan las empresas, pese a que este es un canal clave para mejorar la productividad y la rentabilidad. Según cifras del Dane, en 2018, el 21 % de las empresas del sector manufacturero fueron clasificadas como innovadoras, y en el sector servicios el 19 %. Es decir, en el país solo una de cada cinco empresas innova, y lo preocupante es que este porcentaje viene cayendo desde 2009, cuando superó el 30 %.

Precisamente, para entender qué hay detrás de este pobre comportamiento de las empresas, el Consejo Privado de Competitividad, con el apoyo de la Cooperación Suiza, realizó un proyecto mediante el cual se identificaron las barreras que enfrentan las empresas de todo tipo y tamaño a la hora de innovar, se hicieron recomendaciones concretas y se propuso una guía metodológica para el diseño de instrumentos de innovación. En el proyecto participaron la Universidad del Rosario, Inventta y Econometría.

De acuerdo con este trabajo, las empresas enfrentan cuatro categorías de barreras: de conocimiento, de mercado, regulatorias y financieras. Las primeras, las de conocimiento, se relacionan con la ausencia de capacidades gerenciales-administrativas que limitan la capacidad para identificar oportunidades de innovación y para formular y ejecutar proyectos de innovación; también se relacionan con la ausencia de capacidades técnico-científicas del personal o de patentes o equipos.

Las barreras de mercado, por su parte, obedecen a la dificultad de colocar productos nuevos o mejorados en el mercado y obtener un éxito comercial, así como a la falta de clientes, de demanda potencial, de canales de distribución, de conocimiento de preferencias de consumidores, etc. Están relacionadas, así mismo, con la estructura y concentración del mercado específico en el que opera la empresa, que al impactar el retorno esperado de la inversión influye en los incentivos para innovar.

En el tercer grupo están las barreras regulatorias, como la falta de un marco legal e institucional que favorezca el ambiente de negocios, protección de la propiedad intelectual, reglamentos y exigencias técnicas de calidad de los productos.

Por último, están las barreras financieras asociadas a la falta de recursos suficientes para ejecutar proyectos de innovación que la empresa estaría en capacidad de emprender. Pueden ser con fines técnicos, como comprar insumos, pagar salarios, gastos administrativos de proyectos, pruebas y ensayos, y testeo de prototipos; o con fines comerciales, como hacer estudios de mercado, estrategias de mercadeo, establecer canales de distribución, etc.

Según los hallazgos del estudio, para garantizar la eficiencia y efectividad de los instrumentos, es necesario que en su diseño se tenga en cuenta la heterogeneidad de las barreras que enfrentan las empresas según su tamaño, edad, sector y región, ya que no hay una talla única.

Es importante que la focalización sea acorde con el nivel de madurez de las empresas y facilite su acceso, y que, para no generar incentivos al estancamiento, se haga por la edad de las empresas y no por su tamaño.

Finalmente, el apoyo financiero debe acompañase del desarrollo de capacidades gerenciales y técnicas dentro de la empresa. Algo similar a lo que hacen Colombia Productiva e iNNpulsa Colombia con los instrumentos para la productividad y el emprendimiento, y que puede dar resultados en el ámbito de la innovación.

Rosario Córdoba Garcés
​Presidenta del Consejo Privado de Competitividad

Rosario Córdoba Garcés

Economista y Magister en Economía de la Universidad de los Andes. Actualmente se desempeña como presidente del Consejo Privado de Competitividad

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