Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La Pinta no es lo de menos


No se si solo me ha pasado a mí, pero en la mayoría de las ocasiones en que acudo a seminarios, congresos y convenciones donde se convoca a asistentes contables y a contadores graduados que están en el ejercicio de su profesión, lo que he podido comprobar es que muchos de los asistentes no visten con la dignidad que se esperaría en razón de la clase de evento al que acuden y del perfil de los convocados (la mayoría profesionales).

Algunos varones acuden sin ni siquiera una corbata y algunos de ellos hasta sin medias. Y ni las damas se salvan pues algunas que no tienen una bonita figura se atreven a acudir vestidas con unas minifaldas que lo que hace es quitarles puntos en lugar de sumarles (mejor dicho, en términos de contador, quedan “sobregiradas”) 

Y no pueden excusarse en que los sitios donde se hacen los eventos sean sitios calurosos pues hasta para los climas calurosos existen vestimentas que dan una mejor imagen, o incluso en la mayoría de ellos se dispone de aires acondicionados… 

Sobre lo anterior, quizás muchos pensarán que “la pinta es lo de menos”. Pero permitiéndome contrariarlos,  lo que he podido comprobar es que para la gran mayoría de los otros profesionales (médicos, abogados, arquitectos) la pinta sí es importante, pues de seguro que ellos son conscientes de  que una buena imagen es importante para mantener el estatus de sus profesiones. 

Y si los otros profesionales sí cuidan su imagen en el vestir (no solo en los seminarios y eventos educativos sino hasta en sus oficinas y demás lugares de trabajo), no veo por qué las personas vinculadas al mundo de la contaduría la tengan que descuidar pues no es que se esté pidiendo vestir con ropa demasiado fina sino con ropa que sí trasmita más dignidad. 

Estoy seguro que un contador o contadora que sí cuide su imagen personal estará dando un primer paso importante para enaltecer la imagen de todos los demás profesionales que pertenecen al gremio y al mismo tiempo lograría, porque no,  lo que logran incluso los abogados y médicos, es decir, que se les reconozca un mejor honorario o salario por sus servicios profesionales. 

Por lo anterior, pienso que las personas dedicadas a las labores propias de la contaduría (al menos las que sí pasan por la universidad, pues lastimosamente en nuestra profesión se mezclan muchas personas que hacen nuestras funciones pero que no tienen formación profesional) hacen bien en meditar que la pinta sí es importante, es decir, que la pinta no es lo de menos.  

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