Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La profesión contable nacional necesita una reingeniería total


La profesión contable nacional necesita una reingeniería total
Actualizado: 3 marzo, 2016 (hace 8 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • ¿Qué reto tienen los contadores públicos para este año?
  • ¿De qué forma se tendría que reinventar la profesión para tener el lugar que se merece?
  • ¿Cómo se debe combatir un flagelo como es el de la corrupción desde el papel del contador público?
  • ¿Qué le diría a los jóvenes que están próximos a graduarse para que esta profesión tome vuelo?
  • Desde su punto de vista, ¿qué es lo bueno, lo malo y lo feo de la profesión?

Luis Alberto Penagos, contador público, investigador forense y miembro de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de Fraudes y Crímenes Financieros –ALIFC–, asegura que la corrupción le está pasando la cuenta de cobro a la profesión y es así como los crímenes financieros continúan creciendo.

¿Qué reto tienen los contadores públicos para este año?

“La profesión no necesita reinventarse. Diría que lo que se necesita es una reingeniería total.”

El reto no es solo para este año, el reto es para toda su vida profesional, y es superarse a sí mismos en forma constante. ¿De qué forma? Estudiando, especializándose, educándose, informándose, participando en eventos de la profesión tanto nacionales como internacionales. Pero participar no es irse de paseo; es participar activamente con ponencias, escritos, investigaciones, trabajos, propuestas, etc., siendo proactivo.

¿De qué forma se tendría que reinventar la profesión para tener el lugar que se merece?

La profesión no necesita reinventarse. Diría que lo que se necesita es una reingeniería total. Tiene muchas cosas buenas, por lo menos así funciona para el sector privado donde se le da el valor y el puesto que se merece, pero cuando la contabilidad trascendió el umbral de lo público, allí fue donde a algunos colegas se les olvidó la contabilidad, entonces se volvieron creativos y esa creatividad la revolvieron con la política, y por eso hoy nadie en Colombia sabe cuánto valen los bienes del Estado, los bienes de su municipio, los bienes de su departamento.

Por eso nuestra profesión requiere de una reingeniería que nos lleve a ser más analistas y exigentes, pero sobre todas las cosas que los contadores no vendan su conciencia, porque cuando una empresa, un país o la sociedad pierden la fe porque los contadores defraudaron la confianza y se prestaron para ocultar un crimen financiero, es ahí donde Mateo 5: 13 dice: “Si la sal se corrompe, entonces quién salará la tierra”.

¿Cómo se debe combatir un flagelo como es el de la corrupción desde el papel del contador público?

Como consecuencia de la reingeniería que necesita nuestra profesión y muchas otras –por no decir todas–, el flagelo de la corrupción ha tocado todas las instancias. Lamentablemente, y aunque no podemos meternos todos en esa colada, porque sería generalizar, basta solo con decir que el índice de corrupción en Colombia de los últimos 10 años no ha superado la barrera del 3,7% según Transparencia Internacional, cifra que muestra la gravedad del problema.

Mi propuesta es, entonces, educando, investigando, proponiendo soluciones, pensando en el bien general y no en el individual, educando a nuestros hijos en la honradez y dando ejemplo de transparencia en todos nuestros actos.

¿Qué le diría a los jóvenes que están próximos a graduarse para que esta profesión tome vuelo?

Jóvenes próximos a graduarse y jóvenes que comienzan esta profesión, miren siempre hacia adelante, uno, dos, cinco, diez años, siempre adelante, ¿qué le depara a esta hermosa profesión?, ¿cómo se proyecta?, ¿qué puedo aportarle como miembro de la comunidad contable? Recuerden que la contabilidad siempre existirá, las cuentas siempre tienen que ser claras, recuerden que no hay crimen perfecto, todo sale a la luz pública y esta hermosa profesión tiene que ayudar a que todo sea más transparente, tanto en lo público como en lo privado.

Desde su punto de vista, ¿qué es lo bueno, lo malo y lo feo de la profesión?

Lo bueno, que todo el mundo no solo quiere estudiar contabilidad, sino que todo el mundo tiene que ver con esta, porque debo recordar “que lo que no se registra, no se controla; lo que no se controla, no se administra; y lo que no se administra, simplemente es un caos”, y esto se aplica desde las finanzas personales: es tan buena que la usan hasta los criminales para el control de sus finanzas.

Lo feo, que precisamente los criminales de cuello blanco se valgan de contadores honestos que fueron a la universidad e invirtieron recursos importantes, para que les ayuden a socavar las economías oscuras del mundo.

Lo malo, que los crímenes financieros siguen creciendo tanto que la ONU los sitúa como la quinta economía del mundo, que ya son el 1,5% del PIB mundial, y que no estemos preparando/entrenando a nuestros contadores/auditores como investigadores de crímenes financieros.

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