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Las ciencias sociales están permanentemente a prueba y pueden perder validez – Hernando Bermúdez Gómez


Nuestros estudiantes parecen haber vivido dentro de una burbuja. Por más que los interpelamos nunca dan cuenta de los mil y un debates que se han suscitado en la vida profesional durante los últimos tiempos. ¿Han dejado los profesores de promover los artículos de especialidad y de transmitir las experiencias que se tienen en el desempeño profesional? O, simplemente, ¿hemos olvidado la crítica?

Según Wikipedia,

“Etimológicamente la palabra crítica, la acción de discernir, está derivada de la palabra criterio (el concepto, el mecanismo), misma raíz griega kri(n)- (derivada del proto-indoeuropeo *kr̥n-, que en latín también da palabras como secretum, discernere), en su objeto de discernir la verdad evidenciando, previamente, la falacia o el error (Ensayo y error). ―Es la acción dirigida, del intelecto crítico, expresada como opinión formal, fundada y razonada, necesariamente analítica, con connotación de sentencia cuando se establece una verdad, ante un tema u objeto usualmente concreto, pero que puede dirigirse hacia lo abstracto (Metafísica). En ocasiones la crítica es ejercida desde o hacia algún tipo de colectividad (Escuela filosófica).”

Muchos, para escaparse de ciertos resultados, se refugian afirmando que esta o aquella cosa depende del juicio profesional, como si las ciencias contables fueran arbitrarias, personales. El juicio profesional no es otra cosa que pensar como piensan los contadores de verdad, es decir, los que saben. Todo juicio pone en juego un criterio, conforme al cual se discierne que es lo correcto o incorrecto, lo justo o lo injusto, lo verdadero o lo errado, etc.

En las ciencias sociales, incluyendo la economía y la contabilidad, es fundamental que los alumnos entiendan qué se afirma y por qué se afirma. Es necesario que mediten si están de acuerdo con lo que se afirma o si tienen una posición contraria. ¿Cuáles son los argumentos en los cuales apoyan su adhesión o su negación? Solo oyendo los juicios de los alumnos y sus argumentos, el profesor puede ayudarlos a pensar. Por eso las clases de contabilidad deben estar lejísimos de las repeticiones a través de montones de ejercicio, que privilegian el dominio de procedimientos, cuando lo necesario es conocer, comprender, aplicar los principios en que se apoyan los modelos.

Los conocimientos propios de las ciencias sociales están permanentemente a prueba y pueden, en cualquier momento, perder validez. En las ciencias contables se acude mucho a la noción de general aceptación. Para sorpresa de varios profesionales, algunas veces advertimos que lo generalmente aceptado no armoniza con los estándares y, a veces, ni siquiera con los principios.

Un estudiante de contaduría debe estar conectado al mundo contable todo el tiempo. Debe conocer que está pasando en las fronteras, tanto del conocimiento, como del ejercicio. Un estudiante no puede se lanzado al río de los ejercientes sin conciencia de cómo se cuecen las habas.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 3347, febrero 12 de 2018

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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