Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Unas cifras dicen que la productividad cayó 9 puestos con respecto al año pasado y el país se ubicó en el puesto 54, según el ranking de competitividad del International Institute for Managment Development (IMD).
Por otra parte, Colombia registra una de las cifras más bajas en creación de puestos de trabajo. Así lo indica un informe elaborado por Bank of América Merrill Lynch, el cual resume que el desempleo en Latinoamérica registró a finales de 2010 y principios de 2011 sus niveles más bajos desde 2007.
Ahora, según el IMD, el país mejoró en comparación con los otros 59, ya que subió 8 puestos y quedó en el número 21. Fue el mejor factor evaluado. En unos puntos se mejora, en otros se sigue mirando para abajo.
La informalidad, ya que Colombia sigue con niveles de 50% de informalidad. Mauricio Olivera, investigador de Fedesarrollo en temas laborales, afirmó en Dinero, «una de las herramientas que se deben usar cuanto antes para reducir la informalidad en el empleo en Colombia es una reforma urgente al Sena».
Para el profesor de la Universidad del Rosario Juan Carlos Guataquí se ha generado más empleo, pero estos van de la mano con los cuentapropia, subempleados e informales. Pero la informalidad no solo toca a las personas del común, en Colombia también se presenta una gran informalidad empresarial. En otras palabras, los negocios pequeños y medianos no han cumplido los requisitos que fija la ley, incluyendo su existencia como persona jurídica.
Para Ricardo Bonilla, investigador de la Universidad Nacional, el mercado laboral está desregulado. “Los empresarios pueden contratar fácilmente trabajadores y también deshacerse de ellos fácilmente”, dijo Bonilla.
En Colombia la tasa de desempleo juvenil es del 21%, la segunda más alta de la región, después de Argentina. El componente principal del desempleo juvenil es el cesante, que está en 13,2%, mientras que el 7,9% se encuentra buscando trabajo por primera vez.
Aquí, la diferencia entre lo que gana un adulto y un joven es mucho mayor que el promedio de América Latina, 54%. El joven colombiano en promedio gana 58% menos que los adultos. Estos bajos ingresos no están acompañados de una reducida intensidad de la jornada laboral, donde casi la tercera parte de los trabajadores jóvenes labora más de 48 horas a la semana.
La principal barrera que enfrentan las Pymes son en materia laboral, con temas delicados como los parafiscales que encarecen mucho la nómina de las empresas y restan recursos de inversión en productividad. Así lo afirma Alejandro Vera Sandoval, vicepresidente de Anif, en El Colombiano.
«La informalidad es una barrera grande pues muchas pequeñas empresas no han comprendido que ser formal es una garantía para crecer, obtener recursos necesarios para hacerlo y participar de programas que promueven a las Pymes. Por eso mismo hay que crear más incentivos, para que la gente se formalice y no siga jugando por debajo de la mesa», agrega Vera Sandoval.
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