Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Las IFRS lo solucionarán todo: Formalidad empresarial desde las competencias contables de los dueños de negocios hasta las competencias profesionales de los Contadores – Hernán Rodríguez


Autor: Hérnan A. Rodríguez

Empiezo un negocio. ¿Con cuánto? Pues puse un capitalito de $ ….. en efectivo y también puse una maquinita X. Los tres primeros meses vendí $…. consigne en un banco $… y tengo unos fiaos por cobrar a tal 1 y tal 2 ,también tengo unos cheques por $ perteneciente a NN y a JJ. En este periodo pude pagar los servicios públicos del negocio y de mi casa, pagué teléfonos y la mensualidad escolar de mis hijos. También pude comprar los víveres de mi casa.

Para los tres siguientes meses no me quedó plata para el negocio y tuve que hacer un préstamo por $ , esta vez vendí más porque comencé a dar créditos y terminé con un lista bastante grande de «fiaos» que no me han pagado. No pude pagar el colegio de mis hijos y tampoco pude consignar la plata de las ventas en efectivo al banco. Me cortaron varias veces los servicios pero los logré pagar todos haciendo acuerdo de pagos y en mi casa no faltó la comida.

Decidí no fiar más, se me retiraron algunos clientes y pude recuperar la mitad de lo que me debían, el resto nunca me lo pagaron, lo estoy cobrando todavía. Estuve a punto cerrar el negocio por no tener dinero para pagar los gastos, pero conseguí un socio que puso todo el dinero para pagar las deudas de los proveedores que me habían fiado, y puse al día los servicios públicos, y pagué el «fiao» de los víveres de mi casa. El socio se encargó de las ventas, y las hizo aumentar casi cuatro veces.

Al terminar el año pude calcular que el dinero de las ventas superaron los gastos del negocio, pero el socio no me entendió la teoría que la utilidad contable no es real, e insistía en preguntar que «para adonde se fue la utilidad» , y un contador que contraté se enredó con el concepto de flujo de caja. Este socio tuvo que «inyectar» más dinero al negocio para poder continuar, aceptando esta estrategia mía. Contraté a un «experto en impuestos» y me dijo que tenía que pagarle a las autoridades tributarias unos IVAS y una retención de impuestos que no hice, y que el impuesto de renta a cargo daba $….. . En este momento el socio me preguntó por los libros de contabilidad, y yo le dije que no tenía. Me preguntó que donde llevaba las cuentas y le mostré los cuadernitos y allí se armó Troya.

Hoy estoy sin negocio, la mujer se fue con mis hijos para donde su mama, estoy sin socio –se quedó con el negocio– y yo quedé debiendo mucho dinero, me metieron en data crédito. ¡En Colombia es muy complicado hacer negocios! ¡Y hay mucho Impuestos y los negocios no dan para eso!. ¡Y los Contadores son muy, muy complicados, dicen que hay utilidad pero no la saben explicar! Ojala que ahora con las IFRS se mejore todo.

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