Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Existe un ambiente de inseguridad, pues el panorama que rodea a la Ley de financiamiento no parece ser alentador. Ese es el punto de vista de Guillermo Perry, Munir Jalil, Horacio Ayala y Juan José Echavarría, quienes se preguntan de dónde el Gobierno obtendrá los ingresos fiscales para 2020 y 2021.
Durante la realización del foro Colombia: recuperación económica, volatilidad externa y reforma tributaria, organizado por Fedesarrollo y Anif la semana anterior, Guillermo Perry, exministro de hacienda; Munir Jalil, head macro research Colombia de BTG-Pactual Colombia, y Horacio Ayala, exdirector de la Dian, tomaron la palabra y respondieron a la pregunta: ¿qué efectos tendrá para el país la Ley de financiamiento a corto, mediano y largo plazo?
Desde el punto de vista de Perry, para Colombia será complicado mantener la credibilidad con las agencias calificadoras de riesgo y con los inversionistas extranjeros, debido al impacto negativo que tendrá la Ley de financiamiento sobre los ingresos fiscales a partir del 2020.
“Esta situación cambiaría si el Gobierno logra el milagro de reducir abruptamente la evasión o reducir el gasto público”, dijo Perry en su intervención.
Según él, la ley fue positiva para las empresas debido al descuento de IVA en bienes de capital, la disminución en la tarifa general del 33 % a 30 % y el régimen simple, pero es negativa respecto a los términos que se mantuvieron y aumentaron las exenciones y los privilegios tributarios en sectores como el agropecuario o la economía naranja.
Frente a las personas naturales, el exministro destacó la progresividad, el cambio de tarifas y el nuevo impuesto al patrimonio, así como también la mayor tributación de los dividendos. Frente al IVA dijo que lo único que se hizo fue el paso del monofásico al plurifásico para las cervezas y las gaseosas. “Se debe ir preparando a la opinión pública y al Congreso para el debate sobre la reducción de las exenciones de IVA”, dijo Perry, quien agregó que hay que esperar si la disminución de cargas tributarias y los nuevos incentivos dinamizan la inversión privada.
Munir Jalil aseguró que para Colombia es muy contraproducente que cada dos años se realice una reforma tributaria. A su vez, coincidió con Perry en que para el 2020 se tendría que hacer otra, debido a que para dicho año los efectos serán negativos en términos de los ingresos fiscales. «Estamos frente a una Ley de desfinanciamiento”, dijo.
Para él, esta reforma ayudará a cumplir con la meta de 2019, lo que no es una condición suficiente. “La pegunta es qué se va a vender para conseguir los recursos necesarios. La aceleración en la inversión es la principal apuesta de esta ley”, aseguró.
Horacio Ayala, por su parte, destacó dos aspectos de la Ley de financiamiento: la sustitución del monotributo por el simple, que siendo voluntario permite a la Dian incorporar a los omisos. De igual forma, le parece positivo el intento de diferenciar la factura de la boleta, como funciona en Chile desde hace muchos años.
Ayala manifestó que la evasión comienza en la legislación, y que esta es confusa. “Temas como las megaobras, la economía naranja y las zonas francas son muy difíciles para controlar por parte de la Dian”, indicó.
El gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, también intervino en el foro y dijo que una de las mayores preocupaciones que tiene el emisor es el cumplimiento de la regla fiscal. “Creo que en una economía internacional tan volátil es importante cumplir la regla fiscal; esa es la preocupación. Ya la tenemos financiada para el 2019, pero falta trabajo para el 2020 y 2021. Sí hay preocupación porque es importante cumplir la regla fiscal”, dijo.
El tema también inquieta a Echavarría porque «hay un faltante de más o menos 0,6 % o 0,7 % del PIB. Por eso me preocupa».
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