Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Leyes que gobiernan las crisis de las empresas – Álvaro Marín Hoyos


Álvaro Marín Hoyos

  1. No existen empresas eternas. Tarde o temprano su empresa desaparecerá. El transcurso del tiempo acerca a todas las empresas a su desaparición. Tienen un ciclo de vida: un día se fundan y otro día desaparecen. Es la segunda ley de la Termodinámica de la cual nada ni nadie se puede escapar. Sin duda un concepto difícil de aceptar, pero inevitable.
  2. Las crisis se incuban durante las bonanzas. Es la dualidad dinámica, inevitable y creativa (o destructiva) que los orientales llaman yin y yang, el día y la noche, lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, la bonanza y la crisis. Son las dos caras de la misma moneda.
  3. Toda crisis es pasajera. Las crisis son periodos de transición, de desequilibrio y desarmonía, entre una situación insoportable y otra renovada, que deben superarse en un tiempo más o menos breve. Para bien o para mal, adecuadas o inadecuadamente enfrentadas, todas las crisis pasan.
  4. Las crisis se autoalimentan, se autoaceleran y hacen metástasis. Son procesos dinámicos que avanzan destructivamente minuto a minuto.
  5. Las crisis se agudizan solas pero no se resuelven solas. Alguien tiene que ocuparse de resolverlas utilizando un método eficaz.
  6. Toda crisis que no aniquila a la empresa y al gerente, los hace crecer. El desenlace de la crisis no enfrentada y resuelta es el aniquilamiento económico de la empresa y del gerente. Una crisis precozmente enfrentada y resuelta, produce el fortalecimiento de una y otro.
  7. Una empresa en crisis es una empresa sin gerente. El gerente deja de conducir la empresa y se ocupa forzosamente de padecer la crisis.  Entretanto, la empresa deambula al garete, al vaivén de las olas, sin norte ni capitán.
  8.  El responsable de la crisis, así como de su solución, es el gerente. ¡Quién más podría serlo!
  9. El último que acepta la crisis es el gerente. Mientras no la acepte, hace parte del problema. Quienes conocen la empresa advierten su crisis, pero el gerente la niega, la esconde o la justifica.
  10. La crisis es siempre más profunda de lo que el gerente cree. Los activos valen menos, los pasivos más y el patrimonio está más comprometido de lo que parece.
  11. No existe crisis sin solución y ésta es  casi siempre obvia, pero hay que buscarla metódicamente porque no se ve a simple vista: está escondida detrás de los temores paralizantes que produce la crisis.
  12. La solución tiene unos costos que alguien tiene que pagar. No existen soluciones gratuitas.
  13. Las crisis no se resuelven trabajando más. Es la trampa del activismo. Los gerentes no buscan soluciones. Consumen su tiempo trabajando frenéticamente, como quien busca expiar una culpa.
  14. Toda crisis debió haberse enfrentado hace varios años. Se hace tan difícil y costoso resolver la crisis por la tardanza en tomar las decisiones de fondo que se requieren para enfrentarla. Mientras tanto, la crisis se autoacelera, se autoalimenta y hace metástasis.

(*) Crisisólogo. Autor del libro Cómo recuperar su empresa. www.crisisologia.com.
alvaromarinh@crisisologia.com

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