Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Los contadores muchas veces se vuelven predicadores de estas tesis – Hernando Bermúdez Gómez


Los recientes reportes del PCAOB también han puesto de presente que en ocasiones los auditores están fallando en la verificación de los datos o de las hipótesis a partir de los cuales se hacen estimaciones. Una contabilidad de caja o un sistema fundado en el valor histórico no enfrentan mayores exigencias de estimación. Pero la contabilidad moderna, en su afán de mostrar la realidad económica en la fecha de corte y procurando ofrecer valor predictivo, exige múltiples valuaciones.

La lógica y su aplicación denominada “matemática” puede ser engañosa. Si se aceptan las hipótesis, los datos de partida, las premisas mayores, lo que sigue después puede ser perfecto. Los computadores cometen errores, aunque sean apenas cantidades de dos dígitos por millón.

Es complicado verificar los puntos de partida, porque pueden ser producto de fuentes externas, que mantienen en reserva la forma como llegan a sus conclusiones. Muchas veces no hay una forma de comprobación directa sino apenas indirecta. La reputación del suministrador influye mucho.

La regla de oro es la congruencia (según el Drae, “1. f. Conveniencia, coherencia, relación lógica”). La evidencia inductiva supone corroboración. Hay que armar el mapa o plano completo para establecer si un dato o hipótesis efectivamente encaja en el conjunto y no es desmentido por otros.

Hemos visto muchos cálculos sobre el valor presente de empresas, basados en lapsos durante los cuales se supone inflación constante. Esto contradice la evidencia. Aunque antes alta y ahora baja, la inflación cambia año a año.

Son muchos los casos en los cuales nos basamos en una sola fuente, sin percatarnos de que la falta de comprobación genera la carencia de valor probatorio del dato no ratificado.

Añádanse las actitudes sicológicas de las personas. Algunos muy conservadores y otros muy arriesgados. La famosa aversión al riesgo o el apetito de ganancias pueden producir datos no confiables. Famosa es la expresión “pajaritos de oro” y la enseñanza “de algo tan bueno no hay tanto”. Con todo, miles de personas se ilusionan ante la oferta de ganar mucho en poco tiempo. En nuestro país hemos visto cómo se pierden miles de millones de pesos de incautos, seducidos por una especie de canto de sirena.

No se trata tanto de escepticismo como de actuar en consonancia con el tipo de evidencia que se usa. Mientras nos apoyemos en inducciones tenemos que obtener confirmaciones y examinar toda desviación o contradicción que se observe, por pequeña que sea.

En Colombia muchos empresarios actúan siguiendo modas. Unos conferencistas introducen unas estrategias que ciertos líderes empresariales adoptan. Se crea una corriente generalizadora que toma asiento en la academia, en los foros empresariales y en la cultura. Las ideas parecieran verdades reveladas. Los contadores muchas veces se vuelven predicadores de estas tesis.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 4118, febrero 4 de 2019

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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