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«Los corruptos buscan anonimato y tratan de borrar su rastro con transacciones sucesivas»


«Los corruptos buscan anonimato y tratan de borrar su rastro con transacciones sucesivas»
Actualizado: 16 febrero, 2017 (hace 7 años)

* Foto: infolaft.com

El papel de la UIAF, como ente investigador en el escándalo de Odebrecht es fundamental, ya que con las pruebas recogidas se podrá establecer lo que pasó o se planteará un escenario diferente a lo que presentan los medios y lo que han dicho los testigos. Esto explica Alberto Lozano Vila, experto internacional en prevención de lavado de activos.

Alberto Lozano Vila, director de la Unidad de Investigación y Análisis Financiero (UIAF) entre 2003 y 2006, experto internacional en prevención de lavado de activos y Director de la revista Infolaft, afirma que esta entidad es clave para saber de qué forma entró el dinero de los sobornos de Odebrecht a Colombia y por cuántas manos pasó antes de llegar, supuestamente, a la campaña del presidente Santos.

La UIAF ya cuenta con Juan Francisco Espinosa, exjefe de la oficina jurídica del Ministerio de Hacienda y ex secretario del Consejo de Ministros, como el nuevo director y, desde el punto de vista de Lozano Vila, llega con el reto de responder interrogantes que el país se está haciendo desde hace varios días: «¿Cómo entró ese dinero al país? ¿Por cuántas manos pasó? Y, de haberse recibido, ¿en qué fue gastado?», dice.

«Estas inquietudes hacen parte del método investigativo para determinar si existe o no responsabilidad penal y administrativa por parte de los miembros de la campaña Santos, incluyendo al mismo presidente de la República», explica Lozano Vila.

El exdirector de la UIAF destaca que esta entidad tiene acceso a una cantidad significativa de la información de transacciones formales de varios sectores de la economía, mediante herramientas informáticas. Esto quiere decir que, sin orden judicial, la UIAF puede comenzar a esclarecer hechos puntuales.

En todo este escándalo aparecen dos personajes: el fiscal general de la Nación y el Consejo Nacional Electoral.

«El fiscal general ha hablado de monetización de divisas. Precisamente desde el año 2004 la UIAF tiene acceso a todas las transacciones cambiarias de este país y en su base de datos puede determinar por cuál de los intermediarios del mercado cambiario entró dinero de Odebrecht o de sus empresas fachadas. Además, a través del Grupo Egmont (una especie de Interpol de Unidades de Inteligencia Financiera), la UIAF tiene acceso a información financiera de 152 países», dice Lozano Vila.

“al igual que los lavadores, los corruptos buscan anonimato y tratan de borrar su rastro con transacciones sucesivas, frecuentemente anónimas o falsas”

Sobre el flujo de dinero, Lozano Vila explica que al igual que los lavadores, los corruptos buscan anonimato y tratan de borrar su rastro con transacciones sucesivas, frecuentemente anónimas o falsas. Para lograr develar la información, la UIAF tiene el registro de todas las transacciones en efectivo del sistema financiero. En su base de datos, con cédula y nombre, aparecen los cheques que se han cambiado, las divisas que se han negociado, las consignaciones y los retiros en billetes y monedas, solo para citar lo más relevante.

«En este caso, teniendo en cuenta las cifras que reportan los testigos y de ser verdad que el dinero ingresó por el sistema financiero internacional y se convirtió a efectivo, es difícil no dejar rastro. Además, como elemento inicial de su investigación, la UIAF ya cuenta con los nombres de las personas que supuestamente manipularon el dinero», explica el exdirector de la UIAF.

Adicionalmente, todo el sistema financiero debe reportar las operaciones sospechosas. En promedio, la UIAF recibe aproximadamente 600 reportes al mes. Dentro de estos, debe haber alguna entidad que sospechó de un giro de medio millón de dólares o de un particular que cambió un cheque por 200 millones de pesos.

Este reporte a veces es inmediato, pero puede ocurrir que al hacerse pública la información de este escándalo, los empleados bancarios aten cabos y decidan reportar como sospechosas las operaciones en las cuales participaron los involucrados en este supuesto escándalo.

«Si lo anterior no es suficiente, la UIAF puede oficiar a cualquier persona o empresa de este país, incluyendo a las entidades financieras, y pedirles información sobre negocios o transacciones. Con todo esto, la entidad puede establecer lo que pasó o plantear una explicación alterna frente a lo que han dicho tanto los medios de comunicación como los testigos», concluye Lozano Vila.

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